De casta, larga casta, le viene al galgo. Al menos en el tiempo, porque Fernando Solanas fue algo así como un niño prodigio, que a los ocho años debutó tocando el piano en la que fue su primera composición: un villancico con ritmos poperos. Ya de adolescente fue cuajando más: tocaba en varias bandas de Zaragoza, como batería y teclista, hasta que decidió cantar sus propias canciones y montó su propia banda "Sustancia" donde era el bajista y el cantante.
Su siguiente paso fue trasladarse a Madrid, centro neurálgico de la industria musical y en pos de una oportunidad para mostrar sus canciones, donde recorrió las salas de la capital actuando y conociendo a lo mas granado de la profesión. Es en ese momento cuando graba una maqueta con quince canciones que llega a manos del productor Kike Eizaguirre, que produjo los primeros discos de Melendi.
Y eso le lleva en septiembre de 2014 a grabar su primer disco "Gigantes" en su estudio El Escondite, en el que Solanas compone letra y música de sus once temas, y que ha contado con la colaboración en las guitarras y teclados de Isaac Miguel, ex-teclista de El Canto del Loco y líder del grupo René, y de Iñigo Iribarne, antiguo miembro de Despistaos, en las baterías.
Este disco nos presenta once temas de ritmos vivos, con estribillos directos y melodías pop rock, y con el carisma de unas guitarras ricas en matices y arreglos. Todo ello sin olvidar la ironía, ternura y diversión que desprenden sus personales textos. Temas adictivos como "Balas" y "Luna", las canallescas "Si no fuera por los bares" y "Bruja", o la melancolía de "Canciones Tristes" y "Día Perfecto" ponen de manifiesto la gran capacidad compositiva de Solanas
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