Alejandro González de Iñarritu es cualquier cosa menos un director invisible. Desde el minuto uno de la película el mexicano deja patente su presencia con un plano secuencia, marca de la casa, de los de quitar el hipo. A semejante arranque le sigue una historia mínima de supervivencia y venganza. Con estas básicas premisas la película es un continuo alarde técnico y artístico por parte de todo su equipo, desde la dirección hasta la espléndida fotografía de Emmanuel Lubezki, pasando por las interpretaciones al límite de todo su elenco, en especial de su protagonista, Leonardo DiCaprio, y antagonista, un antológico Tom Hardy.
Durante más de dos horas y media, Iñarritu logra que cada plano, cada secuencia, se convierta en una maravilla visual. La agreste naturaleza de la América de los pioneros es el otro protagonista, del mismo modo que el desierto lo era en 'Lawrence de Arabia'. Y es que la película de Iñarritu comparte con la obra maestra de David Lean los aires de grandeza. Aun así, a quién más recuerda visualmente es a Terrence Malick, en concreto, a 'El árbol de la vida' y 'La delgada línea roja', con la que comparte las ensoñaciones de su protagonista. Eso sí, si Malick es un poeta, Iñarritu es un paisajista. En 'El renacido' no hay metáforas ni sutilezas sino simplemente instinto de supervivencia y búsqueda de venganza.
Instintos básicos y primarios que están perfectamente representados en sus dos personajes principales, el explorador Hugh Glass, que, con toda probabilidad, le dará a DiCaprio su primer Oscar, y su némesis, el amoral John Fitzgerald, con el que Tom Hardy da un verdadero recital interpretativo. Los dos personajes son las dos caras de una misma moneda, dos supervivientes natos en una tierra inhóspita y cruel.
Sus méritos son muchos, la película cuenta con algunas escenas verdaderamente memorables, pero no está exenta de defectos. El más evidente es que Iñarritu es excesivo para lo bueno y para lo malo. Su mano se nota demasiado y hay algunos planos secuencia que alargan demasiado la película y afectan a su ritmo. Aun así 'El renacido' es toda una experiencia cinematográfica. Es una película en la que se siente el frío del hielo, las garras del oso o el calor del fuego. Logrando implicar todos los sentidos como sólo el cine puede hacer, o mejor dicho, el Cine con mayúsculas.
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