La plataforma Castor, dedicada al almacenamiento subterráneo de gas, no volverá a funcionar, aunque de momento seguirá tal y como se encuentra en la actualidad, sin ser desmantelada, puesto que la extracción de los hidrocarburos inyectados en su interior podría ocasionar terremotos de gran magnitud, muy superiores a los ya registrados. Así lo anunció ayer el ministro de Industria y Energía, Álvaro Nadal, al presentar el informe sobre el futuro de la instalación, encargado al Instituto Tecnológico de Massachusetts. "Cuando el desmantelamiento se pueda hacer, se hará", señaló Nadal.
Según este informe, extraer el gas ya depositado afectaría gravemente a la falla tectónica de Amposta, incluyendo la posibilidad de "una ruptura completa", lo que podría "provocar un terremoto de magnitud mayor o igual a 6.8". Por ello, según el ministro, "habría que hacerlo con prudencia y seguridad". De acuerdo con el mismo informe, debido a las presiones en el depósito submarino lo mismo sucedería en caso de reabrir la instalación e inyectar más gas. La zona se encuentra geológicamente "estable" y mejor no tocar nada, insistió Nadal.
El informe, según los periódicos, en cierto modo exculpa de los daños a la empresa impulsora del proyecto, EscalUGS, al decir que con "la información disponible y mediante estudios realizados con metodología estándar" no se podía saber de antemano que la actividad de inyección en el depósito pudiera afectar a la falla.