El propio Nicolás Maduro, en una intervención pública convocada precisamente para, entre otras cosas, dar el visto bueno a que este jueves los nuevos asambleístas firmaran su acta de juramento, sorprendió con el retraso, de momento de un día, aunque los observadores creen que aunque no sea una marcha atrás definitiva, algo improbable con el presidente venezolano, sí puede estar afectado por el amplio rechazo internacional, el último el de la Unión Europea. Que se suma a las críticas de la empresa que gestionó el recuento de votos.
Y es que la UE no reconocerá a la Asamblea Constituyente elegida el pasado domingo en Venezuela por las dudas sobre su "representatividad y legitimidad" y advirtieron de que "intensificarán" su respuesta si se siguen socavando los principios democráticos del país. La Alta Representante de la Unión para la Política Exterior, Federica Mogherini, hizo pública auna declaración en nombre de la UE, en la que se lamenta la decisión de Maduro de ir adelante con su Asamblea Constituyente.
Los Veintiocho constatan que las elecciones del domingo, boicoteadas por la oposición, han "agravado" la crisis y que las circunstancias que las rodearon arrojan dudas sobre su capacidad de "representar efectivamente a todos los sectores de la población venezolana".
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, adelantó ayer que "la primera propuesta" que España trasladará a la UE en relación con la situación política que atraviesa Venezuela será pedir la "supresión de visados" para los dirigentes del régimen venezolano.