Puigdemont ha comenzado su discurso recordando "la vergüenza y el escándalo de tener hoy presos políticos en las prisiones de un país de la Unión Europea", en alusión al ex vicepresident, Oriol Junqueras, el ex conseller Joaquim Forn y los 'Jordis', "que están en la cárcel por sus ideas políticas, acusados, como todos nosotros, de haber cumplido la promesa electoral y haber sido fieles al Parlament de Cataluña, que tenía el próposito de construir un país mejor".
El president 'huido' en Bruselas, no ha dicho nada al respecto de un posible regreso a nuestro país, pero ha aprovechado su mensaje para lanzar unas reflexiones.
Tras agradecer la alta participación en las elecciones del 21-D, ha reiterado que "los catalanes no tenemos miedo de las urnas, sea quien sea el que convoque las elecciones y por eso estamos contentos como democrátas por la participación de nuestro pueblo en una jornada sin violencia y sin represión".
Para Puigdemont, los catalanes han enviado "de una forma clara un mensaje que no admite discusión", y es que "somos un pueblo democráticamente maduro, que se ha ganado el derecho de convertirse en una república de hombres y mujeres libres".
"El Gobierno español tiene una nueva oportunidad para comportarse como la democracia europea que asegura ser, y por tanto, de reconocer el resultado de las elecciones del 21-D, y así comenzar a negociar con el Govern legítimo de Cataluña; es lo que esperan los ciudadanos españoles, pero también muchísimos ciudadanos europeos, sus Gobiernos y sus instituciones. Esperamos que, fracasada la receta de la violencia y de la represión y de la liquidación del autogobierno, comience la era del diálogo y la negociación que venimos reclamando desde hace años. El presidente Rajoy propuso a los Gobiernos de la Unión Europea una solución rápida e indolora, un remedio milagroso que resolvería el conflicto catalán antes de Navidad: supresión de las instituciones catalanas legítimas y democrárticas, intervencion de la Generalitat, y convotaroria exprés de elecciones al Parlament, y naturalmente una victoria electoral de los partidos constitucionalistas que formarían un gobierno autonómico dócil y conformista, pero no. Esto último no ha salido como él como soñaba sino que su partido ha quedado relegado a la última posición y el Gobierno que presido ha podido mantener el respaldo parlamentario que tenía".
Para el líder de 'Junts per Catalunya', la segunda fuerza política en el Parlament, "los responsables de esta receta deberían preguntarse para qué ha servido tanta represión, para qué ha servido perjudicar al pueblo de Cataluña con la parálisis que ha signidicado el 155 y que nos ha perjudicado a todos. Para qué ha servido provocar tanto dolor a las víctimas de la violencia del 1-0, los miembros del Govern y de la Mesa del Parlament, a los alcaldes, a los líderes sociales encarcelados, a los bomberos, maestros y policías que han desfilado por juzgados. ¿Para qué ha servido este despropósito monumental?"
"No nos resignamos, tenemos el derecho de defender una Cataluña mucho mejor y de disponer de las herramientas que el Estado nos niega sistemáticamente; es más, como políticos tenemos el deber de hacerlo. Por eso, como president, pido al Gobierno español y a quienes le respaldan que rectifiquen aquello que no funciona, que reparen el daño causado, y que restituyan lo que destituyeron sin el permiso ni el aval de los catalanes. Las urnas han hablado, la democracia ha hablado, y todo el mundo se ha podido pronunciar, ¿a qué espera el presidente Rajoy para aceptar el resultado electoral y aceptar la voluntad de los catalanes?", se ha preguntado Puigdemont.
Según ha aseverado, "de aquí a un año, como no puede ser de otra manera, el discurso de fin de año del president se realizará en el Palau de la Generalitat".
"Os deseo las mejores perspectivas para todos en todos los ámbitos, espero que sea un año próspero, de progreso y armonía en el que recuperemos los valores fundamentales de la República: libertad, igualdad y fraternidad", ha concluido.