Seguirá vigente la actual legislación, que sólo permite interrumpir el embarazo por causas como la violación o la preservación de la vida de la madre. La nueva ley pedía que el aborto fuera voluntario por parte de la madre hasta las 14 primeras semanas de gestación, como en España.
El presidente del país, Mauricio Macri, se había lavado las manos y dijo que era el Senado quien tenía que decidir, limitándose a decir que en caso de victoria, hubiera tramitado la ley. Argentina, como otros países de América Latina, prohíben el aborto a sabiendas que anualmente hay miles de interrupciones clandestinas que pone en peligro la vida de las mujeres. La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner ya adelantó su apoyo a la reforma para legalizar el aborto libre.
Mientras, el país está en llamas porque los colectivos feministas y progresistas exigían su aprobación en multitudinarias manifestaciones a las puertas del Parlamento, mientras que las organizaciones sociales conservadoras y católicas se enfrentaban a este pensamiento, solicitando la continuidad de la actual legislación.
Estos últimos colectivos celebran en la calle, ya de madrugada, pasadas las 3 de la madrugada, su victoria: