El concierto se inscribía en la gira "Loco por cantar", que ha paseado Raphael por toda España. Y en concreto un nuevo disco "Infinitos bailes", del que destacan canciones como "Igual" (que hace ilusión al miedo). No faltaron sus temas históricos -"ya sé a lo que vienen", dijo en un guiño al público-, como "Digan lo que digan", "Que sabe nadie", "Escándalo" (que el respetable bailó alborozado), y "Corazón maravilloso", con el público puesto en pie y entrelazando sus manos.
Todo "en carne viva", como reza uno de sus títulos emblemáticos. Uno se queda con una versión de "Le quiero a morir", con precisa y exacta dicción y sentimiento. Y la titulada: "Yo volveré a nacer" (que para él es "naser" porque nunca ha perdido sus raíces de "chico de barrio" andaluz).
Interpretó temas provenientes de Latinoamerica, en concreto "Gracias a la vida" de Violeta Parra, y un corrido mejicano. También relucieron canciones populares de la inolvidable María Dolores Pradera, y uno a juego con la voz del argentino Gardel (y la imágen de un viejo aparato de radio). A sus 74 años Raphael está con una voz como nunca, potente desde el principio sin darse un respiro, y con sus finales apoteósicos forzando las cuerdas vocales.