La candidata de Cs por Barcelona al Congreso ha decidido recorrer 1.300 km para pronunciar un breve discurso frente a la casa de Puigdemont, a la que no se ha acercado, aunque la puerta ha permanecido entreabierta durante la breve estancia de los 'naranjas'.
"Venimos a Waterloo para decirle al separatismo y al gobierno de España que la Republica no existe. No vamos a permitir que el separatismo hable en nombre de Cataluña por el mundo ni tampoco que el gobierno de España trate a un fugado de la justicia como si fuera el interlocutor de un estado diferente", ha proclamado Arrimadas.
Su viaje fue criticado por el Gobierno de Pedro Sánchez, así como por otras formaciones políticas, que lo consideran "insensato", ya que contribuye a "internacionalizar la tensión", en pleno juicio del procés soberanista.
Aunque Arrimadas censura el diálogo del Gobierno con los independentistas, paradójicamente se ha dirigido a la casa de Puigdemont, pero ni siquiera se ha encontrado con el ex president.
"Hemos tomado la determinación de ser la voz de los catalanes no independentistas, y tenemos la convicción de que esto solo se soluciona desde el gobierno de España, pero ahora el gobierno de España está entregado al separatismo", ha criticado.
Arrimadas se ha negado a responder a los periodistas si hablaría con Puigdemont si este salía de su casa, o por qué no se ha acercado ella a la puerta de la llamada 'Casa de la República', después de haber hecho el viaje hasta allí.
Puigdemont, que no ha hecho aparición en escena, ha criticado a la líder de Cs. "Arrimadas viene a Waterloo a hacer un show con un grupo muy reducido de seguidores pero no tiene el coraje suficiente para pasar por la puerta y venir a hablar conmigo. Todo este montaje para terminar huyendo a los pocos minutos. Ninguna sorpresa: Cs vino a la política para hacer y ser eso".