La mesa de diálogo con Cataluña fue una de las exigencias de Esquerra Republicana (ERC) para pactar la investidura de Sánchez, algo que al final se produjo ya que los 13 diputados del partido catalán permitieron que la votación prosperase con su abstención, no sin dejar claro que, aunque haya gobierno, "sin mesa no hay legislatura".
Por su parte, esta negociación fue sólo entre ERC y PSOE, algo que enfadó a JxCat, coalición electoral de Carles Puigdemont y Quim Torra. Al haber quedado totalmente relegados de ella, se consideró que no podían asumir los términos del acuerdo, aunque parece que sí ha aceptado sentarse a hablar con el Gobierno central.