No podía faltar esta canción del film en el total de trece -a cada una de las cuales coresponde un relato y una acuarela- que componen 'Ruibal', siendo inéditas la docena restantes. Un fabuloso álbum -ya disponible en plataformas digitales, tiendas y en Lo Suyo ediciones- cuyo autor tiene la intención de devolver al disco el valor emocional que siempre tuvo. De ahí esta propuesta de libro-disco, edición de lujo -y con 13 acuarelas de Sonia Alonso-, para que vuelva a ser un objeto preciado en las manos de quien lo reciba.
De modo que 'Ruibal' se presenta en gira con un espectáculo-concierto que a la par es una reflexión sonora y visual sobre las inquietudes más íntimas del ser humano. Ahora que el aire se vuelve una amenaza, ahora que la prudencia nos obliga a distanciarnos de los demás, miramos allá arriba para saber de nuestra vulnerabilidad y miramos dentro de nosotros para fortalecernos.
Desde su heterodoxia de compositor andaluz y universal, como ya es tradición en sus obras, logra de nuevo espacios de encuentro entre todas las músicas planetarias. Parábolas sobre la cordura como “Sala de Ausentes”; ejercicios laberínticos, casi trabalenguas, y llenos de humor como el primer single “Soy ese que te cantaba”, “Física Cuántica”, o “Música en vena”; baladas de una gran belleza como “Astronomía”; reivindicaciones sobre nuestro origen africano “Yo soy africano”.
Por supuesto que no podían faltar derroches de humor gaditano como 'Musa'; el clásico ritmo madrileño de 'Por San Isidro llévame a bailar un chotis' o las bulerías 'Sólo la dosis hace el veneno', tienen su culminación en dos bellísimas canciones, dos reflexiones sobre el aislamiento brutal que hemos sufrido mientras internet nos ha salvado, en cierta medida, de caer en estados paranoicos: 'Amor en la red' y 'Baile de máscaras'.
Y la impagable polivalente contribución de Javier al aspecto más puro de la cultura tiene un añadido muy especial que la va a proyectar casi 'per omnia saecula saeculorum': el inicio de una saga. Sí la de los 'Ruibales' o los 'Ruibal', ya que ha logrado otra cuadratura del círculo: transmitir a sus hijos el arte que ilumina su mente y su alma, la pasión creativa que insufla la sangre del gaditano. Como una vez más podremos comprobar, y disfrutar, con el baile de Lucía Ruibal y las percusiones de Javi Ruibal. Se suman a la voz y guitarras -no olvidemos que Javier es también fabuloso con este instrumento- del iniciador de esta maravillosa, artística y laica dinastía. Amén.