Calles desiertas, contagios, muertes por coronavirus...el mundo tenía la vista puesta en esta ciudad china sin saber (todavía) lo que estaba por llegar. La palabra confinamiento era una gran desconocida para la mayoría y ver las calles vacías de Wuhan, las imágenes de los hospitales colapsados, los trajes de protección del personal sanitario, las mascarillas para salir a comprar....El mundo quedó impactado por la situación que vivía Wuhan y que, semanas después, llegaría al resto del planeta.
Todavía no está claro al 100% cómo estalló el virus y la OMS está investigando en la zona cero el origen del coronavirus, pero un año después del inicio de la pandemia, Wuhan luce una imagen muy diferente pese a que el coronavirus sigue muy activo en el resto del mundo.
La vida en Wuhan es prácticamente igual a la era pre-coronavirus, el recuerdo que queda en la ciudad es la obligación de llevar mascarillas y los controles de temperatura. Pero las calles vuelven a estar llenas de vida, incluso celebraron fiestas de Navidad como antaño, algo que en Europa o Estados Unidos, entre otros, fue impensable debido a la situación epidemiológica.
La población de Wuhan vive el presente con alegría aunque con cierto recelo a posibles nuevos brotes o contagios y confían en que la vacuna sea la solución definitiva.