Y es que miles de dosis de este suero que habían sido fabricadas en Italia iban a ser destinadas a Australia, país donde la pandemia está más que controlada, además, de que la compañía británica está incumpliendo sistemáticamente sus compromisos de entrega de vacunas a la Unión Europea pese a haber un contrato con dosis concretas para distribuir.
Bruselas ya había avisado a AstraZeneca que ejercería sus derechos de veto a las exportaciones de toda dosis producida en suelo de la Unión Europea si era necesario para el bien y la salud de sus ciudadanos.
De momento no se han conocido más detalles del momento de la incautación y el lugar concreto en que se produjo.
La polémica comenzó con el laboratorio AstraZeneca cuando éste anunció que no iba a poder cumplir sus compromisos de repartir la cantidad de dosis acordada para el primer trimestre. Entonces Bruselas, en enero, avisó de que pondría en marcha un proceso de control de exportaciones de las dosis producidas en su territorio.
En España, han llegado hasta ahora 1.169.800 dosis de la vacuna, un número muy destacado, pero aún por debajo de lo prometido.
Hay que recordar que la Unión Europea ha contribuido a la financiación de varios laboratorios para desarrollar a contrarreloj las vacunas contra la covid-19, pero entiende que ahora no está recibiendo el fruto de su esfuerzo en inversiones.