20 + 1

A veces, amadísimos, globalizados, megaletileonorisofiados e ignorados niños y niñas que me leéis, no consigo entender muy bien la voluntad de George Bush, el actual presidente de los EEUU. Pongamos que hablo de la convocatoria del próximo aquelarre económico mundial, previsto para el 14 de noviembre próximo. Dicen que la cosa va de “refundación del capitalismo” (algo así, salvando las distancias temporales, como cuando Manuel Fraga Iribarne quiso rehacer la derecha de las Españas y se refundó la antigua Alianza Popular, que pasó a llamarse Partido Popular), algo así como la reunión de los representantes de los países más potentes del Globo global y globalizado, más los representantes de las llamadas economías emergentes.

Claro que aquellos que seguimos creyendo en el Libre Mercado estamos un tanto mosqueados con Bush. ¿No habíamos quedado que era uno de los nuestros? Pues que se note, demonios... Estas veleidades socialdemócratas de última hora, estas decisiones adoptadas casi in articulo mortis, en plan respiración boca a boca, no dejan de sorprenderme. De la misma forma que me sorprende que en esta Tenida Macroeconómica y de los Grandes Expresos Globales no se haya invitado a España, representada por el buenazo de ZetaPé... ¿Un último favor del actual inquilino de la Casa Blanca a su Ánsar (Aznar) del alma? ¿Una pequeña venganza? ¿Un olvido involuntario? ¿Una cabronada tejana?  Id vosotros/as a saber, pequeñines/as míos/as, que todo es posible en Washington.

Aunque, visto así, con la agudeza que me caracteriza ya me gustaría saber qué hacen en la refundación del capitalismo izquierdosos como el laborista Gordon Brown o el brasileño Lula da Silva... Y hasta es posible que asista ZetaPé y todo, si es que, al final, le dejan participar. El contrasentido es evidente, porque resulta bastante parecido a ver al presidente de la CEOE participando en la refundación de Comisiones Obreras o en la de la Unión General de Trabajadores. Que no se me malinterprete, pero es algo parecido a meter a un zorro a vigilar un gallinero o al extraditable Rodríguez Menéndez como tesorero de la Fundación para la Redención de Pilinguis Videográficas.

Que España no esté presente en el aquelarre de Washington no quiere decir nada. Tampoco lo estará el presidente de Burkina Fasso y no creo yo que se haya montado un pollo en las masas populares de ese país del África subsahariana, cuyos ferrocarriles, por cierto, son la envidia de quienes, empezando por el malvado del Vilariño, viven en la Galicia interior. Ya sé que hay un sector de gentes que opinan que eso con el marido de Ana Botella (ya sabéis la teniente de alcalde de Ladrillos y Arriates en el Ayuntamiento de Madrid) no ocurría... Bueno, pues que no hay que mirar tanto al pasado, hay que tener la vista puesta en el futuro, aunque, eso sí, mirando de vez en cuando al presente, por aquello de evitar los tropezones...

De todas formas, amadísimos/as de mi paterno corazón, no sé por qué en Washington la reunión no podría ser de 20 + 1... Total, donde comen veinte bien pudieran hacerlo veintiuno, ¿verdad?