Pymes mexicanas no se salvarían de temporal económico

Las pequeñas y medianas empresas en México, las mayores generadoras de empleo del país, han resistido por ahora el vendaval económico internacional, pero la desaceleración de Estados Unidos comenzaría a afectarlas pronto y las obligaría a despedir gente.

Familias enteras dependen de los más de 4 millones de empresas que existen en el país, de las cuales un 95 por ciento son microempresas, que en algunas ocasiones funcionan en las mismas viviendas de sus propietarios.

Muchas avenidas en México -donde la economía informal es gigantesca- están inundadas de negocios como papelerías, talleres mecánicos, salones de belleza, ferreterías, panaderías y farmacias, además de los puestos callejeros.

Otros microempresarios venden productos de puerta en puerta, y parece que, por ahora, el negocio no va tan mal.

"Ha sido un año muy bueno", dijo Ricardo Redondo, quien fundó la microempresa Chilipines hace tres años, que vende salsas gourmet hechas con chiles y hoy tiene cinco empleados.

"Hay mucha demanda, supera la oferta que podemos dar", acotó Redondo, quien aseguró que vende 1,500 frascos de salsas al mes a casi tres dólares cada uno.

Pero a pesar del optimismo de Redondo, el Gobierno está buscando que las pequeñas y medianas empresas mejoren sus estrategias de negocio para elevar sus márgenes, a fin de soportar la crisis que parece estar a la vuelta de la esquina.

El Gobierno dispuso garantías de crédito por unos 18,000 millones de dólares de su banca de desarrollo para los próximos cuatro años, con las que busca beneficiar a 400,000 empresas, además de tener una docena de planes que van desde apoyo para las exportaciones hasta ayuda para innovación tecnológica.

De acuerdo con datos oficiales, las empresas pequeñas y medianas (pymes) contribuyen con más del 50 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de México y emplean a un 70 por ciento de la fuerza laboral total del país.

Sin embargo, es justo en el empleo donde los expertos esperan el mayor efecto de la crisis, debido a la menor demanda de productos desde Estados Unidos, el mayor socio comercial mexicano y cuya economía sufre de una profunda desaceleración.

La economía mexicana se ha desacelerado y se espera que baje el ritmo de expansión a un 1.8 por ciento en el 2009, desde el 2.0 por ciento previsto para este año.

Las señales de desaceleración en las pymes ya comienzan a sentirse, según Edgar Karam, director de la red de pequeñas y medianas empresas del banco BBVA-Bancomer.

Hasta septiembre, el banco otorgó créditos para ese sector por 6,500 millones de pesos para 11,000 pequeños negocios y espera una expansión en el otorgamiento del 64 por ciento este año, algo que probablemente no se repita en el 2009.

"Así como se ven las condiciones del planeta, pues eso no va a pasar", dijo Karam a Reuters. "La realidad es que hay una desaceleración y lo que estamos haciendo es apoyar a las empresas para que sirvan como motor de productividad", agregó.

Según una encuesta elaborada por la empresa de auditoría KPMG la semana pasada, el 71.5 por ciento de los mexicanos cree que el desempleo será la mayor consecuencia de la crisis financiera mundial.