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Ecuador pedirá reunión de la OPEP para frenar caída del precio del petróleo

Ecuador pedirá reunión de la OPEP para frenar caída del precio del petróleo

martes 09 de diciembre de 2008, 00:22h

El segundo año de Correa

Correa, convertido en un símbolo de cambio y esperanza para los sectores restringidos del país, inició su mandato, el 15 de enero del 2007, con un 73% de aprobación y 68% de credibilidad, uno de los índices más altos de la historia presidencial del país

La marcha que Acuerdo País  (AP) que el movimiento político del presidente Rafael Correa  realizó el 19 de enero en Guayaquil  para celebrar el primer año de Gobierno, marcó la tónica de lo que sería  la confrontación política entre el Gobierno Central y el reducto opositor guayaquileño,  comandado por Jaime Nebot.

La inmediata y masiva marcha contestataria de los guayaquileños alertó que el segundo año de la “revolución ciudadana” prolongaría el duro discurso oficialista contra el alcalde guayaquileño, defensor de   autonomía y descentralización institucional lograda durante su administración.

El repudio y cuestionamiento de Correa se extendió e incrementó también contra medios de comunicación, periodistas, sectores empresariales, analistas, dirigentes políticos, sociales y sindicales, etc.; mientras la esperanza de grandes transformaciones para el país se basaba en la redacción de una nueva Constitución que se había iniciado en Montecristi.

El entusiasmo de las mayorías por el ofrecimiento  de  incluirlos en las decisiones de un país  carente se equidad social, económica y de representación política, puso en la fila de las audiencias,  de la ANC, a cientos de organizaciones que esperaban no solo ser oídos sino escuchados

Pero al poco tiempo, este “exceso de democracia”, como lo calificó Correa, puso en evidencia las fisuras  internas en Acuerdo País donde un buró político asumió el papel del cacicazgo partidista que en la tan cuestionada partidocracia ejercían los líderes políticos. El resultado la forzada renuncia de Alberto Acosta a la presidencia de la ANC, una de las principales figuras del ofrecido cambio.

Se estaba jugando contra el tiempo y  la Asamblea Nacional Constituyente comenzó a sentir la presión de un nuevo grupo que con  el poder de la mayoría no acogió valederos planteamientos de organizaciones sectoriales o de oposición. La factura fue pasada casi inmediatamente con reformas a mandatos y leyes aprobadas como sucedió con el Mandato 02 sobre las remuneraciones del sector público o la ley de equidad tributaria.

Muchos matices se registraron durante el interín constituyente.  La entrega e incremento de bonos sociales se matizó con la dura temporada invernal que afecto a varias provincias del país;  un creciente índice de inflación, que a fines de año se ubica en el 9.13% y con una imparable ola delictiva que obligó a adoptar “medidas urgentes” como la movilización policial en todo el país.

Pese a todos los escollos salió a la luz una nueva Constitución a la que el 64% del  pueblo ecuatoriano le dio un contundente sí en el plebiscito,  pese a la alerta de varios constitucionalistas sobre las inconsistencias y vacíos de su redacción y a lo ilegal e incoherente  de un Régimen de Transición que en la práctica provocó la desintegración  de la Corte Suprema De Justicia;  la presencia de una auto declarada Corte Constitucional y contradicciones institucionales para nombrar a quienes integrarán el Consejo de Participación Ciudadana,  ahora constituido como Cuarto Poder del Estado.

Norman Wray, ex asambleísta y actual comisionado de Ruptura de los 25, fiel movimiento aliado al régimen, cree que se cumplió con ese objetivo y que “en este año se concretó, en términos reales, la propuesta política de un nuevo marco jurídico administrativo para que el país salga adelante”.

“Se establecieron los pilares sobre los cuales se quiere construir un nuevo país” asegura Wray quien destaca en su análisis avances legislativos con un claro compromiso de inversión para la atención de educación  y salud.

Pero para el  jurista y ex Ministro de Gobierno, Mauricio Gándara Gallegos, considera que la ANC además de asumir funciones que no le fueron otorgadas en el mandato de la ciudadanía, configuró un proyecto de Constitución en medio de un bochornoso espectáculo de última hora en que se quitaban artículos o se los aumentaba. “Esto  bajo la dirección de funcionarios de gobierno y  de asesores extranjeros que  dominaban intelectualmente a asambleístas,  entre los que no había uno solo que hubiese escrito al menos una monografía sobre derecho constitucional, ni siquiera sobre derecho en general” comentó.

Ese proyecto Constitucional - dice Gándara - concedió derechos ilusorios. Ahora las gente  reclama por el cumplimiento de esos derechos: Todos los universitarios quieren educación gratuita; los campesinos se toman las haciendas; los que no tienen casa invaden la propiedad ajena; las comunidades indígenas reclaman el derecho de autorizar la explotación del petróleo, de las minas. Todos quieren vivienda ahora. Todos reclaman, todos se fundan en la esperanza creada por la Constitución”.

Gándara reflexiona: “el gasto inmenso presupuestado para atender a tanta aspiración parece no podrá cumplirse por la baja del precio internacional del petróleo ¿Se ha creado una pompa de jabón que explotará junto con las ilusiones? No sabemos si la muy probable frustración se desatará con violencia. ¿Hay alguna posibilidad de reencuentro entre ecuatorianos? ¡Incierto futuro!

 

Hacia una democracia plebiscitaria

César Montúfar

Catedrático, analista y ex candidato a asambleísta

 

Para evaluar, desde una perspectiva política los dos años de gobierno del Presidente Correa, debemos describir con frialdad qué ha sucedido con la institucionalidad política del país en este lapso. A inicios de diciembre de 2008, (1) el país lleva más de un año sin un pleno funcionamiento de la Función Legislativa y, por ende, sin que se haya dado una fiscalización real de los actos del gobierno; (2) el Ecuador no cuenta con la cabeza de la función judicial desde principios del mes de octubre; (3) organismos clave del Estado como Tribunal Constitucional (autoproclamado Corte), Contraloría, Fiscalía, Defensor del Pueblo, superintendentes, etc. fueron removidos, ratificados o designados por la Asamblea con personas afines o cercanas al Gobierno; (4) se nombró una nueva autoridad electoral cuya mayoría, igualmente, se debe políticamente al partido de gobierno o al Presidente directamente. Como si fuera poco, hoy por hoy, (5) en reemplazo de un Congreso elegido en las urnas, funciona una Comisión de Legislación y Fiscalización (solo en el papel) nombrada por Asamblea por fuera de su mandato, la misma que está a los pies del Ejecutivo. Además, (6) atravesamos un período de transición lleno de vacíos y contradicciones, guiados por un texto que fue adosado a la Constitución y que fue redactado al apuro. Y, finalmente, (7) no obstante un nuevo texto constitucional fue aprobado en el referéndum del pasado 28 de septiembre, éste, ni bien entró en vigencia, ha sido violado en repetidas ocasiones, dando a entender que la mayoría en el poder no tendrá contemplaciones en violentar la misma legalidad que creó.

En síntesis, con la presidencia de Correa el país inició un proceso de demolición institucional que aún no ha sido revertido. A pesar de que de, entre medio, operó una Asamblea Constituyente que supuestamente debía iniciar la reinstitucionalización política del país. Por el contrario, lo que avizoramos para el futuro cercano es la consolidación de un modelo político caudillista, en que la nueva legalidad será instrumentalizada a conveniencia; un claro proceso concentrador de poder en manos del Presidente y la supresión de un escenario político plural, con el consiguiente dominio de una sola mayoría política. En fin, sobre la base de mantener un estilo ininterrumpido de campaña permanente, cuyo objetivo único es apuntalar la popularidad presidencial, el Ecuador se apresta a institucionalizar un modelo regresivo de democracia plebiscitaria.

 

Nada ha cambiado

Fernando Balda Flores

Ex aliado de Acuerdo País, actual detractor del régimen.

Este año se ha evidenciado una vez más el ejercicio de este gobierno, “una dicotomía es la constante” se dijo: no a los mismos de siempre sin embargo está lleno de identificados con la quinta esencia de la partidocracia no solo pelucona sino  también “engominada”.  Esto imposibilita al régimen a la hora de cumplir con una promesa de cambio pues esta gente siempre seguirá protegiendo los intereses de los cuales han vivido.

Es una locura pretender lograr un cambio haciendo las cosas igual como se han hecho siempre pues los resultados serán siempre los mismos, los cambios ameritan de hacer las cosas de una manera diferente, con gente nueva y diferente. Se vendió al pueblo la idea de un Socialismo del siglo XXI cuando la mayoría no sabe qué es eso, pero lo que sí es cierto es que la verdad está en todas partes, el conocimiento es universal, necesitamos un “estratega” no un campañero, insultador y remedón.

Ante tal falencia, para mantenerse en el poder Correa ejecuta una millonaria campaña publicitaria que es la que realmente lo sostiene como si fuese un poder sobrenatural motivando la “esperanza” diciéndole al pueblo que “todo está bien”, lo cual se contradice en el fondo de nuestros bolsillos, pues no ha tenido capacidad de tomar medidas que generen productividad y trabajo.

 Los ecuatorianos somos gente digna, no queremos bonos de pobreza, queremos tener posibilidades para surgir en bien de nuestros hijos; para esto se debe generar seguridad jurídica y así atraer la inversión extranjera pues esta no solo que no está llegando sino que los capitales también se están yendo, tan así es que en el último periodo en Perú y Colombia la inversión fue de 9 y 11 mil millones respectivamente y en Ecuador fue solo de 170 millones.  Para cambiar esto no se necesita ser un genio, sino solo actuar sin resentimientos ni confrontaciones; amar a nuestra patria y a nuestra gente, eso nos dará la voluntad y la sabiduría para caminar con todo el pueblo y no solo con una parte de él.

 

Frases:

“La redacción de la nueva Constitución por parte de la Asamblea Constituyente constituye el punto emblemático del segundo año de Gobierno”:  Comisionado Norman Wray

 

 

 

 

El Presidente ecuatoriano, Rafael Correa informó que el Ecuador  “consideraría” convocar una reunión de Jefes de Estado de los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleos (OPEP), con el propósito de encontrar una solución conjunta para la estabilización de los precios del petróleo.
 
Así lo anunció el Jefe de Estado durante el recorrido por el Complejo Gasífero  Petroquímico en la ciudad de Asaluye, donde explicó que “esperamos que en la próxima reunión de la OPEP se logre un recorte de la producción y se consiga coordinar acciones con otros productores fuera de la organización como Rusia y México”.

Al ser consultado sobre su visión en el futuro en el terreno energético, Correa señaló que “si se refiere a los precios del petróleo nadie sabe a ciencia cierta lo que va a pasar, sin embargo, nosotros creemos que así como los precios superaron los 120 dólares el barril (fruto de la especulación),  los precios actuales (tan bajos) en el mercado mundial también son irreales”, subrayó.

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