Venezuela "encuentra inadmisible esta práctica recurrente de la burocracia de Estados Unidos, según la cual funcionarios al servicio del Estado con el más oscuro récord de violaciones y atropellos a la dignidad humana en la historia contemporánea pretenden erigirse, sin mandato ni legitimidad alguna, en jueces de otros Estados", indicó un comunicado de la cancillería.
El gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez exigió que se ponga fin "a estas prácticas que siguen lesionando las relaciones entre nuestros Estados, las cuales deben tener como base el respeto, la igualdad y la no injerencia en asuntos internos", añadió el texto.
La cancillería de Venezuela calificó de "falso, malintencionado e injerencista" el contenido del informe del Departamento de Estado, divulgado el pasado miércoles en Washington.
El informe, que denunció la situación de las libertades individuales en varios países del mundo, destacó la "erosión" de los derechos humanos y democráticos en Venezuela "con potencialmente severas consecuencias".
En particular, el Departamento de Estado criticó actos y expresiones antisemitas que habrían sido alentados desde el poder.
"Instituciones y responsables gubernamentales, así como medios de comunicación favorables al gobierno promovieron el antisemitismo mediante numerosos comentarios que tuvieron un efecto de propagación en la sociedad, expresado mediante caricaturas, vandalismo y ataques físicos contra instituciones judías", aseguró el informe.
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