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Los salvadoreños debieron sacar a última hora sus sombrillas y abrigos para acudir a las urnas para elegir al próximo presidente de El Salvador, debido a las ligeras lluvias que afectan a la mayoría del territorio nacional.
Pese a que en algunas regiones del país se reportan precipitaciones un poco más intensas, ello no ha sido motivo para que la población desista de ir a sufragar.
Según los pronósticos, para horas de la tarde el clima podría mejorar, aunque la influencia de un sistema de alta presión generará temperaturas de hasta 14 grados centígrados, situación inusual en este país donde en promedio, la temperatura supera los 30 grados centígrados.
La jefatura del Ejecutivo es disputada por Rodrigo Avila de la oficialista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y Mauricio Funes del opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), favorito según diversos sondeos de opinión.
Funes inició la jornada con una visita a un culto religioso "Amigos de Israel", acompañado por su esposa y emitió su voto en la ciudad de antiguo Cuscatlán, al este de la capital.
El político de izquierda cumplirá una apretada agenda que incluye reuniones con observadores y entrevistas con medios electrónicos.
Avila, por su parte, decidió orar con la familia, amigos cercanos y su esposa en su residencia y luego se dedicó a conceder algunas entrevistas.
El político de derecha dijo a periodistas que se espera una jornada muy intensa y manifestó que en el transcurso de la mañana emitirá su voto en la sureña ciudad de Santa Tecla.
Avila indicó que las lluvias que caen son una "bendición" porque van a aplacar el polvo en los caminos y ello motivará a las personas a acudir a votar.
"La lluvia es una señal de la bendición de Dios, que quiere que este día sea de participación masiva y armoniosa de todos los salvadoreños", agregó
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