www.diariocritico.com

"La crisis es una ocasión para mejorar los valores sociales"

lunes 30 de marzo de 2009, 18:57h
Con el Plan Regional de Cooperación recién salido del horno, el presidente de la Federación de ONGD de Madrid, Juan Luis Lillo, alerta del peligro de mezclar política y ayuda al desarrollo, "tal y como ocurre en Madrid".
¿Cómo valora el nuevo Plan Regional de Cooperación?
Ya tenemos un plan cuatrienal, es decir, una estrategia para los próximos cuatro años, y eso ya es algo positivo. Este plan lo hemos trabajado entre la Comunidad y nosotros, y ambos hemos cedido. Las ONG estamos más volcadas con la cooperación; por el contrario, el político está puesto ahí porque le toca. Así que muchas veces, cuando nos sentamos en la mesa, somos nosotros los que enseñamos al político cómo ha de conducirse la cooperación. Los técnicos especialistas han aportado muchas ideas de las que se ven en el plan. Y la Comunidad en ese aspecto se ha portado muy bien, porque no ha tenido ninguna dificultad en incorporar criterios que nosotros habíamos planteado.

¿Qué novedades se han introducido por este mecanismo?

Dijimos que sería bueno establecer unos indicadores para evaluar año a año lo que estamos haciendo. Hasta ahora, se decían los lugares, el número de proyectos y la cantidad de euros invertida. Pero esos euros, ¿han servido para algo o los hemos tirado a la basura? ¿Estar en tal país te interesa desde el punto de vista de la cooperación o políticamente? Hemos conseguido que esa relación, año a año, se incluya ya en este plan de cooperación.

Uno de los aspectos más criticados del plan es la inclusión de Rumanía y Bulgaria como países prioritarios. ¿Qué opina?
Eso ha sido el caballo de batalla. Un país que recibe fondos de la UE, del FEDER, como ha recibido también España, no tiene que estar metido dentro de la política de cooperación y desarrollo, como la entendemos nosotros, que es para países en situaciones críticas de pobreza. Lo que ocurre es que no se puede mezclar en una consejería, como es el caso, Cooperación e Inmigración. En Madrid hay muchos rumanos y muchos búlgaros que están teniendo dificultades, pero si hay que plantear alguna estrategia para esta situación, que sea desde Inmigración. Hemos intentado que la inclusión de ambos países como prioritarios se suprimiera, pero no lo hemos conseguido, así que tratamos de acotarlo. Por otra parte, me sorprende que haya ONG que se presenten a estas ofertas. Lo ideal sería que ya que hemos criticado la inclusión de estos dos países, no se presentara ninguna de las ONG de la federación, pero eso es algo que no podemos evitar.

¿Qué consecuencias puede traer esta mezcla entre inmigración y cooperación?
Se ha hablado del codesarrollo, que al final nadie sabe muy bien qué es, y eso de plantearnos que formemos a gente en los países para que venga ya formada lo lleva diciendo el PP varios años y siempre lo he criticado. Si tú formas a una persona en su país de origen, lo suyo es que se quede allí para desarrollarlo; lo absurdo es que, una vez formada, te la traigas aquí como inmigrante cualificado. Ese es uno de los problemas de mezclar dos cosas que están cerca, pero que hay que saber diferenciar. Y la política que tenemos ahora en Madrid las tiene muy ligadas.

¿El Consistorio de la capital tampoco las distingue?
El Ayuntamiento ha perdido gas. Antes tenía más ímpetu en cooperación. La presidenta de la Comunidad, aparentemente, tiene más interés que el alcalde de la capital en la cooperación y se encuentra cómoda con estos temas. No veo esa misma sintonía en el Ayuntamiento. Eso no quiere decir que no hagan su función, y también apuesten por la cooperación, pero Gallardón ha bajado el porcentaje del presupuesto que destina a la cooperación.

¿Llegaremos algún día a dedicar el 0,7 por ciento a cooperación?
Eso empieza a ser un poco utópico, pero uno no puede gastarse el dinero alegremente cuando resulta que recorta en cooperación. Por ejemplo, si el Ayuntamiento de Madrid hubiera sido un poco más austero con la M-30, podría destinar más dinero a cooperación. Es cuestión de voluntad política y de sensibilidad social, pero hacer un estadio enorme para los juegos políticos les gusta más para sus campañas.

¿Y los Objetivos del Milenio?
Son como la Alianza de Civilizaciones: ideas estupendas. En el fondo, esta crisis sería el momento de pensar un cambio de estrategia. Estamos intentando recuperar lo que hemos perdido para volver otra vez a lo mismo: un sistema incontrolado, donde hay quien se enriquece de una manera escandalosa, donde el ciudadano medio español gastaba por encima de sus posibilidades, ¿y queremos tener otra vez el mismo sistema? A mí me parece que es el momento de cambiar. El mundo está absolutamente desequilibrado y no oigo nada sobre un cambio de mentalidad a los políticos españoles e internacionales. Ni el Gobierno, ni la oposición. Como no se produzca un cambio, este sistema se va a pique. Y es una pena, porque si aprovechamos esta coyuntura de crisis para reflexionar y no para criticarnos los unos a los otros, podría haber un cambio social. No se puede volver a lo mismo: ese modelo ha fracasado ya. Si Gallardón suprimiera los altos cargos que han llegado recientemente, o la Comunidad hiciera lo propio, sobraría presupuesto para hacer varios planes de cooperación.

¿Es lógico que el Plan de Cooperación tenga un presupuesto variable en función de la crisis?
Eso se ha plasmado así porque nosotros criticábamos el presupuesto que teníamos. Nos decían que, como estábamos en esta situación tan mala, por lo menos habría que intentar mantenerlo. A mí me pareció bien: si estamos en un momento de austeridad, que sea para todos. Otra cosa es que luego, a lo largo de este cuatrienio, veamos que la crisis va pasando. Así conseguimos un mínimo seguro susceptible de incrementarse en caso de que mejore la situación.

Pero ¿cómo se mide eso?
Hombre, sí se puede medir, por ejemplo, respecto al porcentaje del presupuesto de la Comunidad que nos asignan. Si estamos en el 0,19 por ciento y bajamos al 0,17, es que vamos para atrás. Estaremos muy atentos a que, si eso se recupera, afecte positivamente a la cooperación.

¿Por qué se han elegido como prioritarios estos países y no otros?
La mala conciencia de los que hemos tenido colonias ha sido el origen para que tratemos de ayudar a desarrollarse a otros países. España está muy volcada en Latinoamérica, porque son países donde hemos tenido presencia históricamente. A partir de ahí, empieza a trabajar en una serie de países y ya crea una tradición. Pero es una migaja de pan dentro de un banquete: es muy poquito lo que aportamos. A base de insistir en el mismo país, con las mismas políticas, es cuando empieza a haber mayor eficacia. Estamos invirtiendo en formación de líderes, cultural y en la autogestión del tejido social.

¿Cuáles son los países que, a su juicio, han salido más perjudicados en el plan?
Las ONG vamos a reclamar que se incluyan países nuevos, por ejemplo en África, que es un continente que está olvidado. La Comunidad tiene unas limitaciones: no somos la AECI. Así que hay que elegir países, pero esto tiene un efecto perverso: si se selecciona un determinado lugar como prioritario, las ONG presentan más proyectos para ese lugar porque saben que se lo van a financiar con más facilidad. De todas formas, si no estás allí implantado y tienes una contraparte o una tradición, es mucho más difícil. Y en esa selección también influye la política: eso de que Cuba es una dictadura me parece bien, pero el ciudadano cubano necesita muchísima ayuda, y más después de los temporales que han tenido. Si nos fijáramos en los dictadores, nos quedaríamos sin países.

¿Cómo va a ser el desarrollo del plan?

La Comisión Permanente, que hace el seguimiento y está formada por las ONGD y la Comunidad, ahora más bien debería llamarse 'Comisión Esporádica'. Estaría bien que nos reuniéramos con más frecuencia para ver cómo se van desarrollando estos planes, porque si encima de que destinamos poco dinero no sirve de nada, estaremos haciendo un mal negocio. Por otro lado, necesitamos un plan de emergencias y que determinadas ONG tengan asignadas unas cantidades, porque las emergencias solo son eficaces si vas al día siguiente. Por ejemplo, si hay un cataclismo en el sureste asiático, hay que tener preparadas a tres ONG que trabajen allí.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios