Reportan saldo blanco en Roma tras juego de Champions

Miles de seguidores del club español FC Barcelona celebraron pacíficamente en Roma el triunfo de su escuadra frente al Manchester United, en la final de la Liga de Campeones, por marcador de 2-0.

Un grito unánime salió del Estadio Olímpico, sede del evento, para anunciar el final de un partido en el que el once "culé" mostró su superioridad desde el primer momento.

Inmediatamente los agentes de la policía y del cuerpo de carabineros entraron en acción, mientras algunos helicópteros sobrevolaban la zona.

Pero el saldo resultaba hasta esta noche blanco: solamente dos acuchillados antes del inicio del encuentro y unos 20 detenidos.

"Todo aquí está tranquilo", dijo a las afueras del estadio una oficial de la policía italiana, mientras miles de aficionados abandonaban la zona.

Los agentes vigilaron especialmente la reventa de boletos, que alcanzó su pico minutos antes del arranque del partido, cuando se llegaban a ofrecer entradas hasta por 400 euros.

Los robos de boletos también estuvieron a la orden del día y Mariona, quien se dijo "una seguidora fiel del Barcelona", fue una de las afectadas.

"Nos quitaron la entrada de la mano, un niño joven, como de unos 18 años. Robaron la entrada al hermano de mi marido y yo le cedí la mía", dijo desconsolada.

"Llegamos ayer, somos un grupo de amigos. La verdad sí confiaba en el Barça, yo apostaba por un tres (a cero)", anotó.

Los seguidores del Barcelona también superaron a los del Manchester en algarabía y entusiasmo y antes del inicio del partido sus voces y cantos inundaron las calles del centro de Roma.

Uno de los puntos de encuentro fue la famosa fuente de Trevi, escenario de la película "La dolce vita", de Federico Fellini, donde fueron recibidos con aplausos por los turistas.

Para los seguidores del Manchester, la pesadilla comenzó en el minuto 10 del primer tiempo, con el gol del camerunés Samuel Eto'o. Vestidos con camisetas rojas, algunos no pudieron contener las lágrimas de decepción.

La fiesta estuvo, a fin de cuentas, contenida, para alivio del alcalde de Roma, Gianni Alemanno, quien había ordenado el despliegue de miles de agentes, la prohibición de la venta de alcohol y el cierre de calles aledañas al Olímpico.

Según las autoridades italianas, unos 50 mil aficionados de ambas escuadras arribaron a Roma en 150 vuelos. Pero al encuentro también llegaron seguidores "blaugranas" desde México, como un grupo de jóvenes que hizo un "maratón" aéreo de ida y regreso de tres días.

Al estadio también asistieron desde el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, hasta el rey Juan Carlos de España, y el presidente del gobierno ibérico, José Luis Rodríguez Zapatero.

Por la parte inglesa estuvo presente el príncipe Guillermo, heredero al trono, acompañado por el subsecretario de Deporte, Gerry Suttclife, mientras el primer ministro, Gordon Brown, canceló su asistencia ante la crisis que sacude a su gobierno por un escándalo de corrupción.