Los años terminados en nueve

La crisis se transforma en oportunidad para poner en marcha un ciclo progresista

A lo largo de las últimas cuatro décadas los años terminados en nueve han marcado pautas trascendentales. Comencemos por 1979. Ese año marca el inicio de cuatro procesos fundamentales: el emerger del islamismo, la apertura económica china, el comienzo del ciclo neoliberal y el punto de partida de Al Qaida. Fue en esa fecha que la Revolución Islámica triunfó en Irán con Jomeini, desatando un movimiento que habría de transformar la faz del Medio Oriente.

Fue también el momento en que se inició el proceso de reforma económica en China bajo Deng Xiaoping, sentándose las bases para su vertiginosa expansión económica. También constituyó el año de la llegada de Margaret Thatcher al poder, con la consiguiente puesta en marcha del ciclo neoliberal. Fue, igualmente, el año de la invasión a Afganistán.

Es decir, el momento en que con apoyo de la CIA y de los servicios de inteligencia de Pakistán, se transformó a la jihad afgana en una guerra global islámica en la que 35.000 musulmanes radicales, provenientes de cuarenta países, se coaligaron. Allí quedó sembrada la simiente de Al Qaida.

El año de 1989, por su parte, fue una de esas fechas clave en la humanidad que evidencian el derrumbe súbito e inesperado del orden establecido. Durante el mismo, el imperio soviético comenzó a colapsar estrepitosamente, arrastrando consigo las reglas de la bipolaridad que habían regido al mundo durante cuarenta y cuatro años. Pero, a la vez, fue el año de la matanza de Tiannanmen, cuando el régimen chino tomó la determinación de mantener el rumbo del cambio económico sin aventurarse en el cambio político.

Esta decisión colocó a China y a la Unión Soviética en cursos históricos distintos. Mientras la primera pudo consolidar las transformaciones en lo económico, la segunda colapsó en medio de su intento por abarcar demasiado.

En 1999 se produce un hecho que aunque no tendrá trascendencia global, sentará las bases para la transformación subsiguiente de gran parte de América Latina. Chávez pone en marcha un proceso político y constituyente en Venezuela, que revoluciona las reglas del juego político y hace de la participación el eje fundamental de la inclusión ciudadana y social.

2009 será también punto de inflexión, aunque no de convergencia. Obama llega a la presidencia en medio de la mayor crisis económica planetaria en más setenta años.

Ello no sólo le permitirá revertir el ciclo económico neoliberal, sino afianzar el papel del Estado como factor ductor de la economía y de la sociedad. La crisis se transforma en oportunidad para poner en marcha un ciclo progresista.

Aunque también del otro lado del Atlántico el Estado reafirma su poder, la crisis económica acentúa el viraje hacia la derecha de sus ciudadanos, en lo que parece presentarse como una tendencia ascendente de xenofobia y de popularidad de la derecha extrema. Así parecieron demostrarlo las elecciones parlamentarias europeas.

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