Barack Obama pensó que la mejor forma de resolver el entuerto por sus polémicas declaraciones en el caso del arresto de un profesor negro de Harvard era invitar a unas cervezas a las partes implicadas en la Casa Blanca, cita que se celebró este jueves en los jardines de la residencia presidencial del 1.600 de la Avenida Pensilvania.
El sargento James Crowley y el profesor Henry Louis Gates aceptaron la invitación y mucho se especuló sobre las cervezas que tomaría cada uno. Crowley una Blue Moon, Gates una Red Stripe y Obama una Bud Light, tres tipos de birra que lo único que tienen en común es que son producidas por compañías extranjeras.
Diageo PLC y SABMiller, con sede en Londres, son las cerveceras que producen Red Stripe y Blue Moon, mientras que en el caso de Bud Light la empresa que la produce era la firma estadounidense Anseuser-Busch, que sin embargo el año pasado se fusionó con la belga-brasileña InBev que ahora controla del consorcio.
“Nos habría gustado que alguno de los asistentes eligiera una cerveza estadounidense para acompañar la conversación”, afirmó Bill Manley, portavoz de Sierra Nevada Brewing Co., una cervecera con sede en California. Por su parte, Jim Koch, fundador de Boston Beer Co., lamentó que hayan primado las marcas extranjeras.
La empresa Genesee Brewery, con sede en Rochester (Nueva York), celebró que Obama invitara a unas cervezas a los implicados para limar asperezas, pero la queja fue incluso más fuerte. “Esperemos que la próxima vez elija una cerveza estadounidense, hecha por empleados estadounidenses que trabajen para una compañía estadounidense”, afirmó.
La polémica no se queda sólo en el origen de las cervezas. Las líderes de un grupo conocido por su oposición al consumo abusivo de alcohol, la Liga Femenina de Abstinencia Cristiana, criticaron al presidente Obama por ofrecer cerveza a sus invitados en vez de un tradicional té frío o una refrescante limonada.
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