Mal bicho

Lo más tóxico del gobierno es el sabotaje a las iniciativas para resolver los problemas

Desde hace algún tiempo (y cada día más) la gente reclama con razón las pésimas cualidades de este gobierno. Mala administración de los inmensos recursos económicos que ha recibido, un desprecio profundo por las verdaderas necesidades de la población, desatención de servicios públicos, excesiva politización, intentos infructuosos de trastocar nuestra cultura, cambios inútiles de instituciones para que luzcan nuevas aun cuando arrastran las malas mañas de antes, y un larguísimo etc. Pero tal vez lo más tóxico de este grupo que circunstancialmente nos guía, es el sistemático sabotaje a cualquier iniciativa que busque resolver los problemas de los venezolanos.

Cada vez que desde el sector privado o desde las instituciones que no controla (medios de comunicación, iglesia, gremios profesionales, universidades, sindicatos, etc.) se hace alguna propuesta para al menos mejorar un problema, aparece la inevitable incapacidad de escuchar las voces que hablen de bienestar y progreso. Pareciera que quien tenga una iniciativa para mejorar las cosas debe ser silenciado, aplacado o saboteado. ¿El motivo? No lo sabemos y nos negamos a pensar que sea para que la gente sea cada vez más infeliz. Porque uno entiende que quien llega al poder sea un incapaz, pero entre no hacer nada e impedir que otros los hagan, hay un elemento de perversidad que no queremos aceptar que exista entre quienes nos gobiernan.

¿Qué sentido tiene, por ejemplo impedir que las gobernaciones asuman el problema de la atención hospitalaria, que los ganaderos y agricultores con tradición de producción hagan su trabajo de alimentar al país, que los ingenieros expertos manejen servicios como la electricidad, y así cientos de ejemplos que se esparcen por todo el país? ¿Qué sentido tiene hacer que cada vez la gente esté más harta del gobierno? ¿Quién gana con eso? Ni siquiera los que están haciendo grandes fortunas se van a salvar de la furia de quienes se están viendo burlados, tengan responsabilidad o no. No reten. No provoquen.

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