En Pamplona, el bloque entrenado por
José Antonio Camacho dio un recital de juego y dominó a un Atlético de Madrid carente de referencias ofensivas -
Forlán, no convocado por decisión técnica, y Agüero, fuera de sitio-, en un gran encuentro del ariete uruguayo
Walter Pandiani, que abrió la lata y amplió las distancias con dos goles de cabeza, fruto de los desbarajustes de la zaga rojiblanca.
Con la medular visitante haciendo aguas,
Puñal y
Nekounam fueron imponiendo su ritmo y volvieron a sorprender a
Asenjo, esta vez con la finalización de
Aranda, lo que dejaba el envite visto para sentencia al descanso, puesto que la segunda mitad no contribuyó para que los de
Abel mejorasen su imagen, que tras siete compromisos ligueros queda muy deteriorada al haber sumado una única victoria.