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Crisis de Gobierno

Crisis de Gobierno

miércoles 03 de febrero de 2010, 10:25h
El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, le ha pedido a Zapatero que prepare una importante remodelación del Gobierno para cuando termine la presidencia europea y, además, que forme “un gabinete más reducido y absolutamente orientado a combatir aquello que más interesa y más preocupa a los ciudadanos”. Más claro, el agua. No ha sido Rajoy, sino un presidente socialista poco dado a sacar las patas del tiesto. Con más de cuatro millones de parados –por cierto, uno de cada tres nuevos parados es inmigrante, un 80 por ciento de los que han engrosado esa lista en enero procede del sector servicios, y la tasa de paro de los jóvenes es de casi un 40 por ciento-, un PIB por debajo de cero, una deuda disparada y un déficit creciente, cambiar el Gobierno es mucho más que una necesidad urgente.   
Lo que no tengo claro es que Zapatero pueda esperar hasta julio. Bueno, lo que no está claro es que los trabajadores, los empresarios, los pensionistas, los desempleados, los que buscan empleo, las amas de casa, los que quieren conseguir una hipoteca, los que no pueden pagarla, los inmigrantes con papeles y los que no los tienen, es decir, los ciudadanos, puedan esperar tanto tiempo. Hombre, ahora que Obama ha dicho que no viene y habrá menos trabajo para conseguir una foto, podría hacer la reconversión ministerial sin esperar ni siquiera a Semana Santa. Por ejemplo, ¿qué pasaría si desaparecen los Ministerios de Cultura, Vivienda, Igualdad, Medio Marino, Rural y no sé que más, Sanidad, etc.? ¿Quién lo iba a notar? ¿Quién iba a recordar alguna actuación positiva desde que sus responsables tomaron posesión? ¿Cuánto nos íbamos a ahorrar en sueldos de altos cargos, asesores, dietas, viajes, coches oficiales, comidas, etc.?

Como dice Barreda, habría que hacer un Gabinete pequeño, concentrado “en lo que importa”: el desempleo, el modelo productivo, la educación, la investigación, las infraestructuras. Con media docena de ministros con ideas, con programas y con proyectos, se podrían hacer maravillas. Aquí hacen falta reformas de calado y este Gobierno, de momento, sólo lanza globos que él mismo se encarga de pinchar. Claro que hay que hacer una reforma de las pensiones y de la Seguridad Social, pero desde el Pacto de Toledo, desde el consenso y con una mirada a medio y largo plazo. Y claro que hace falta una reforma educativa, pero de fondo. Y una reforma ambiciosa del mercado laboral y del modelo productivo, pero con los empresarios y los trabajadores y no por decreto Robert Tornabell, economista y ex decano de ESADE, sugería ayer algunas cosas cargadas de sentido común: subir el IVA a lo suntuario y no a nuestras fuentes básicas de ingreso, como el turismo; desgravar la reinversión de beneficios; rebajar cuotas a la Seguridad Social por cada nuevo empleo; dedicar parte del PIB al sostenimiento del empleo; dar facilidades para atraer parques de investigación e innovación; facilitar que bajen los precios de las viviendas; rescatar activos inmobiliarios para que los bancos vuelvan a dar créditos. Y esperar que resuciten las economías europeas para engancharnos a su locomotora. Hay muchos que saben, pero no están en el Gobierno.

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