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Los mejores caballos de Europa se citan en el mítico Longchamp

Fin de semana del Arco

Fin de semana del Arco

viernes 01 de octubre de 2010, 22:37h
Me resulta fácil escribir del Arco. Y difícil hacerlo desde la distancia. Envidio a amigos que entrarán mañana por la puerta de Longchamp con un Paris Turf releído, manido y  exprimido bajo el brazo en busca de la tierra prometida. Porque el Arco no sólo se 'corre' el domingo, un buen Arco se empieza el sábado. Es una doble jornada que todo aficionado debe experimentar. Si lo haces, repites.

La doble jornada tiene mucho de mito. Longchamp, también. El Arco, más. Es una especie de Ryder Cup entre Francia e Inglaterra. Los primeros lucen sus mejores galas y hasta en las zonas, otras tardes vacías, se amontonan en taquillas y gradas a sabiendas de que juegan en casa. Aplauden cada detalle. Ríen, comentan y animan más que ningún otro día. Cuchichean y son discretos. Los segundos también se ponen de largo. Hacen más ruido. Son más escandalosos. Más divertidos. Más extravagantes. Combinan champán y pollo asado en un espacio ridículo de tribuna. Terminan hastiados de los franceses y la gozan cuando uno de sus caballos la ‘mete’ aunque sea un favorito unánime. No disfrutan del triunfo sino de la conquista. Terminan, los menos, con unas melopeas de padre y muy señor mío, como si en vez de salir de un hipódromo lo hicieran de un alter en Ibiza. Si alguno de ellos te toca en el autobús público en la salida del Hipódromo, reza para que se duerma, porque callarse ni debajo del agua.  

Antaño la jornada del sábado, a pesar de que contaba con Grupos I como el Cadran, pasaba más desapercibida. Los neófitos, incluso, disfrutábamos descubriendo Longchamp. Sus rincones, su paddock semivacío, sus cuadras al fondo, sus gradas, sus escaleras mecánicas, sus vistas, su Molino eran escrutados con mimo porque el Hipódromo aguardaba en sus entrañas la mística que reservaba para el día después. Ahí ya era imposible moverse, salvo que fueras uno de los muchos españoles con acreditación especial. Hay muchas y de muy distinta índole. Es curioso y algunos no lo creerán pero hubo un año (y no fue el de Helissio) que España era el tercer país en número de acreditados en medios de comunicación. Pero no nos desviemos en recuerdos. Allí corrieron Teresa (el año que algunos españoles descubrimos el Arco), Madrileño (un Dollar con Martínez), Partipral (un amago ganador que enloqueció a la grada), Helissio (de punta a punta ganó el único Arco que fue portada de Marca porque era la época de hacer loas a Sarasola y el caballo era más ‘español’ que el mismísimo Indurain) y muchos otros.  

Oh no. No me olvido de Bannaby, pero ese es especial. Me cuentan que su victoria en el Cadran fue uno de los días más felices de la ‘hinchada’ española habitual en las gradas de Longchamp. Y no por su cuota, que fue importante, sino porque disfrutaron de una recta de ensueño que les metió al caballo directo en sus corazones. Muchos, seguro, que lloraron (hípicamente hablando) al enterarse, casi con la maleta preparada, de que una lesión le impedía correr este año. Da igual. Bannaby siempre será imborrable en su recuerdo. Y el Cadran 2008 ya nadie se lo quitará ni al caballo ni a los que lo disfrutaron.  

Sería osado por mi parte dar pronósticos del Arco y de toda la jornada. Hay otros foros más ‘enterados’ de lo que pasa lejos de las fronteras. Sin embargo esto es información de caballos y no me resisto a no dar mi opinión sobre la carrera más apasionante del año. Me han contado muchas cosas de este Arco y en los últimos días he oído un sinfín de posibles ganadores. Quizá sea arriesgado pero ante una carrera tan abierta y con veinte caballos en el poste de los 2.400 metros es el momento de fijarse en valores poco contrastados. Y quién sabe si en esta especie de Ryder se cuela Japón. Llevan años intentándolo y esta vez presentan dos opciones de caballos verdaderamente 'japos', que corrieron bien en las preparatorias, Nakayama Festa y Victoire Pisa. Es una frivolidad y sé de uno que me lo dirá cuando lo lea, pero si yo tuviera que apostar en París me dejaría unos euros con ambas opciones. Pero también con Workforce, Fame and Glory, Sarafina,…. Una lástima no ir, aunque al menos la seguiremos por Internet y nos desquitaremos en La Zarzuela. Es lo que hay. Tal vez el año que viene si DC se estira...

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