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Negociaciones rotas para el debate bilateral

El miedo del PSC a perder dificulta el cara a cara con una CiU que cuestiona el uso del castellano

El miedo del PSC a perder dificulta el cara a cara con una CiU que cuestiona el uso del castellano

Felip Puig dice que el uso de esta lengua "insulta la inteligencia" de los votantes

miércoles 13 de octubre de 2010, 01:18h

El PSC ha dado por rotas las negociaciones para realizar un cara a cara entre su candidato a la Presidencia de la Generalitat, José Montilla, y su homólogo de CiU, Artur Mas, según ha explicado este martes en un comunicado. El detonante han sido las declaraciones del secretario general adjunto de CDC, Felip Puig, en una entrevista a Europa Press, en las que ha acusado al actual presidente de la Generalitat de "insultar la inteligencia" de los electores al proponer celebrar un cara a cara en castellano. El trasfondo del enfado, tal vez calculado, de los socialistas, es el grueso de votantes que tienen en Cataluña -más que del PSC del PSOE- que son los que, en definitiva pueden hacer posible el milagro de una victoria para sus colores. Este vivero real de votos tiene como lengua principal, cuando no única, el castellano -e, incluso, en algunos casos, es reticente o refractaria a cualquier expresión en catalán-. De ahí que el miedo a la desafección de este grueso de la población catalana a la hora de acudir a las urnas, que de darse sería definitivamente letal, haya condicionado al PSC a exigir un debate en castellano para compensar el que pudiera haber, previo o posterior, en catalán.

Aunque, para disfrazar la realidad, el PSC, ha dicho que con estas afirmaciones, Puig "ataca y manipula la oferta del presidente Montilla" de celebrar este tipo de debates en campaña electoral. Por ello, el PSC "se reafirma en su propuesta de hacer dos debates cara a cara en cadenas de máxima audiencia, de carácter complementario, sin excluir otros formatos de debate tradicionales en Cataluña".

Los socialistas catalanes entienden que "CiU ha roto unilateralmente una norma aceptada conjuntamente por los negociadores de no hacer comentarios técnicos, valoraciones políticas ni filtraciones sobre los aspectos de la negociación mientras esta no haya finalizado".

Estas "graves e injustas acusaciones" de Puig sobre las lenguas, añade el comunicado, son "un peligroso precedente". "Negar que en Cataluña una parte muy importante de la audiencia televisiva ve cadenas de difusión estatal, hablen la lengua que hablen, es un prejuicio inaceptable".

El PSC ha insistido en que quiere debates que lleguen también a indecisos y abstencionistas, mientras que "parece que CiU, no". Además, ha rechazado que no haya un debate a seis con el resto de cabezas de lista como condición previa al cara a cara, y ha instado a CiU a rectificar las descalificaciones de Puig.

Y no le falta miga a la aseveración socialista: el tradicional votante de la formación suele ser más proclive a abstenerse cuando las elecciones se refieren a una Cataluña que no considera su marco político básico -en cambio, y ahí se explican ciertos devaneos electorales en el país- sale en masa cuando la contienda afecta al grueso de España. Es decir, la estrategia del convencimiento del indeciso está calculada al milímetro por cuanto éste sólo puede ser, mayoritariamente, socialista o poco interesado en la particularidad catalana. Mientras, el perfil de votante de CiU sí siente como propio lo que sucede en Cataluña y suele llegar a los comicios -catalanes- con las ideas más claras.

Felip Puig, la excusa de los socialistas

El detonante de las desavenencias, como explicábamos, son unas declaraciones del secretario general adjunto de CDC, Felip Puig, en las que ha acusado este martes al presidente de la Generalitat, José Montilla, de "insultar la inteligencia" de los electores con su propuesta de celebrar un cara a cara en castellano con el líder de CiU, Artur Mas.

En una entrevista a Europa Press, ha destacado la importancia de celebrar un debate que, a su juicio, debería discurrir en catalán, alegando que es la lengua que Mas y Montilla han utilizado durante toda la legislatura dentro y fuera del Parlament.

Para Puig, la propuesta del PSC responde a su intención de "excitar artificialmente" la campaña. "La propuesta de Montilla, puede ser que hecha sin que él se haya dado cuenta, lo que hace es insultar la inteligencia de los electores catalanes y de la gente castellanoparlante", ha subrayado.

Es más, según el dirigente de la federación, la propuesta supone un "ataque a la convivencia lingüística y social" de Cataluña fraguada durante más de 25 años, hasta el punto de buscar la "fractura social del país":

En esta línea, Puig considera que el PSC se equivoca con este planteamiento que busca frenar su "caída" electoral, por lo que no aceptarán lo que define como una provocación.

Se equipara con C's

Tras destacar que la idea de los socialistas catalanes parte de un análisis "de los años 70", el secretario general adjunto del partido nacionalista ha añadido que no entiende como el presidente de la Generalitat, "pese a las provocaciones de Alberto Rïvera en esta legislatura, caiga ahora a clonar la estrategia política de C's".

Sobre la posibilidad de que puedan celebrarse debate entre los números dos del PSC y CiU, el también ex conseller de Política Territorial en el último gobierno de Jordi Pujol ha vaticinado que habrá debates con diferentes candidatos que probarán "el compromiso nacionalista de Joana Ortega y la supuesta pátina catalanista de Montserrat Tura".

Y es que, para Puig, los socialistas catalanes son "la delegación regional del PSOE en Cataluña y Tura es un reclamo de la agitación electoral catalanista" que no responde, a su juicio, a los planteamientos políticos ni a la realidad de la dirección socialista.

Apunta Puig, también, a que la presencia de otros nombres del 'ala catalanista' en la lista del PSC, como el de Ernest Maragall, obedecen a un intento de Montilla de presentarlos como un activo del partido y de poner en valor la acción de gobierno.

Tras las elecciones catalanas, y preguntado por si ve a Montilla como jefe de la oposición si pierde las elecciones, Puig sugiere que debería dejar paso a un nuevo líder del PSC. "Creo que un presidente de un país, cuando pierde unas elecciones, tiene que asumir el mensaje que le dan sus ciudadanos", ha aseverado, dejando claro la diferencia entre perder unos comicios siendo aspirante que siendo presidente.

Ante los rumores de que el ministro de Trabajo y número tres del PSC, Celestino Corbacho, sea el sucesor de Montilla, el dirigente de CDC ha vaticinado que dirigirá "una parte del nuevo escenario" que pueden encontrarse los socialistas catalanes ante una derrota electoral.

Las críticas de Puig también se han dirigido hacia ERC, partido que abrió la puerta recientemente a negociar con CiU. "Sufren un pequeño síndrome de equidistancia transitoria electoral", les ha espetado, cuestionando la credibilidad de la propuesta del partido que lidera Joan Puigcercós.

"La deriva de ERC de los últimos 15 años, con Josep-Lluís Carod-Rovira al frente, no tuvo la misma coherencia patriótica que tuvo con Heribert Barrera", ha sostenido Puig, quien considera que en las próximas elecciones tendrá que haber un debate de reorientación y ordenación del mapa político de la izquierda catalana en general.

Campaña hacia el extranjero

Para buscar el voto de los catalanes en el extranjero, CiU desplegará su campaña y sus dirigentes en países de la Unión Europea (UE). En concreto, Puig centrará parte de sus viajes a Francia, con estancias en París, Toulousse y en poblaciones de la 'Catalunya Nord', y el portavoz parlamentario, Oriol Pujol, irá a Londres.

Además de haber contactado con las comunidades de catalanes que viven en países e Latinoamérica, la federación celebrará así pequeños actos y coloquios en estos países europeos para explicarles sus objetivos y programa.

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