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La otra cara de los premios Príncipe de Asturias

La otra cara de los premios Príncipe de Asturias

sábado 23 de octubre de 2010, 11:37h
-Leire se estrena

Su primer acto público como ministro. Aunque no se prodigó con el personal, Leire Pajín estuvo en los premios Príncipe  de Asturias. Peinada con su ya clásica coleta que evidencia sus puntiagudas orejas y armada con su sonrisa, la flamante ministra de Sanidad se sentó entre lasministras de Cultura y de Ciencia y Tecnología, las siempre elegantes Angeles González Sinde y Cristina Garmendia.

-Revilla, el más popular

Repitió su paseo triunfal de todos los años entre el hotel Reconquista y el Teatro Campoamor. Cientos de personas aclamaron al presidente cántabro, que, con los ojos humedecidos, se dio un nuevo baño de multitudes. Solamente el periodista Luis del Olmo es tan vitoreado en este paseíllo…al que algunos notables no se atreven a ir a pie, por temor a pasar desapercibidos.

-Menos gente… y menos notables

La crisis, que se nota hasta en los premios por antonomasia: mil quinientos invitados menos, bufé menos generoso, menos notables asistentes. Fue una ceremonia algo deslucida, la primera gerenciada por Teresa Sanjurjo, la nueva directora de la Fundación Príncipe de Asturias tras los veintinueve años con Graciano García al frente. Pero, sustancialmente, las cosas salieron bien.
Fue, por cierto, la primera edición en la que no estuvo Sabino Fernández Campo, el ovetense universal fallecido hace algunos meses.

-La selección, representada, pero menos


Diez jugadores, incluso uno del BarÇa (Xavi), estuvieron finalmente representados en la entrega de los premios, donde la selección recibió el premio al deporte. Discurso algo flojo, a nuestro entender, del seleccionador Del Bosque. Sara Carbonero, el  rostro más buscado entre los asistentes a la entrega de los Premios Príncipe de Asturias. Por cierto que la copa del Mundial estuvo una hora en el ‘hall’ del hotel ovetense Reconquista, para que quien tuvo la oportunidad de hacerlo se fotografiase con ella.

Claro, no fueron a Oviedo los jugadores más esperados, Iniesta y Villa. Ni Roures quiso cambiar los horarios de los partidos ni Pep Guardiola permitió que asistiesen las ’estrellas’ que tenían que jugar este finde.

-Doña Letizia, seria y de negro

Elegantísima, eso sí, con un severo traje negro de lentejuelas. Muy seria, nos pareció, aunque se prodigó poco con las masas invitadas a la recepción del Reconquista. En cambio, el Príncipe sí departió, a mediodía, con los invitados. Por la noche, como siempre, el ‘sancta sanctorum’ cerrado a cal y canto para los periodistas, que difícilmente pueden hablar con los premiados.
Por cierto que Don Felipe se explayó recordando cuando, hace treinta años, inauguró los premios con su primer discurso en público. Tenía trece años.

-Clint Eastwood: el premio que no fue


Le ofrecieron un premio a las artes, pero dijo qwue no podría asistir, y se quedó sin el premio. Le sustituyeron por el escultor Richard Serra-..

-El Príncipe, de madrugada


A las dos de la mañana del jueves, Don Felipe seguía puliendo la última versión de su discurso. Que,m en su parte final, tenía un contenido indudablemente interesante. O sea, que podemos certificar que el Príncipe ‘mkete la pluma’ en sus discursos. Al menos, en este.
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