Difícil combinación

Nadie ha podido establecer con exactitud en qué consiste el liderazgo de una Nación; quizás porque en última instancia los líderes son una combinación de muchas cualidades y defectos, en proporciones distintas para cada ocasión.

El líder requiere de mano firme, pero rara vez obliga a que le den la razón. Prefiere motivar y convencer. El líder debe emplear un lenguaje sencillo para que las multitudes entiendan su mensaje, pero nunca falsificará los hechos, por dolorosos que estos le sean. Jamás demostrará debilidad, pero deberá corregir su conducta muchas veces, en ocasiones en silencio, incluso sin reconocerlo, pero corregir.

El liderazgo de los hombres de Estado se pone a prueba en las crisis más difíciles, como la que vive el Ecuador desde el 30 de septiembre. Entonces, no es el grito, ni el insulto, ni la orden prepotente lo que resuelve la crisis, sino el liderazgo político, esa combinación de cualidades y defectos tan difícil de hallar en estos tiempos.