martes 29 de mayo de 2007, 13:30h
Hace cuatro años, celebradas las elecciones locales en las que el PSOE había obtenido cincuenta mil votos más que el PP, José Luis Rodríguez Zapatero, líder por aquel entonces de la oposición, decía que quien ganaba las elecciones municipales ganaba, después, las generales. Sus palabras resultaron proféticas.
Empantanado en los sargazos de las Azores y la guerra de Irak y endiosado por sus aduladores, Aznar no supo interpretar aquellos resultados y un año después, perdió las elecciones. Salvando las distancias -que son muchas-, parece que también Rodríguez Zapatero empieza a padecer el mal de altura. Mal que en su caso cursa con deterioro de la memoria pues, a juzgar por la displicente ironía con la que comentaba el resultado de las elecciones del domingo en las que el PP consiguió 175.000 votos más que el PSOE, parece haber olvidado sus palabras de hace cuatro años.
Quienes sí las tienen presentes son otros dirigentes socialistas a quienes se les ve preocupados por la situación. Algunos con los que he hablado en las últimas horas interpretan que lo ocurrido el domingo más que una victoria de Rajoy -al PP sólo le habrían votado los suyos-, es una derrota de Zapatero a quien habrían dejado de votar muchos socialistas. Votos de izquierdas que en el caso de Madrid, sin duda, fueron a parar a IU. El fiasco de la candidatura de Miguel Sebastián, impuesta a los socialistas madrileños, por el propio Zapatero, parece que ha disminuido la fe que muchos dirigentes del PSOE tenían en la "nariz", en el olfato político de Zapatero. Sólo le salva en ese registro el triunfo de López Aguilar en Canarias -victoria debida, sin duda, a la arrolladora y solvente personalidad política del ex ministro de Justicia. En fin, veremos que pasa en dentro de nueve meses.
Si (
No(
