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Off the record -11 junio 2007

Off the record -11 junio 2007

viernes 08 de junio de 2007, 08:58h

ANV, “CASUS BELLI” PARA ETA

Hoy es el día del encuentro en La Moncloa. Pese a que el líder de la oposición acude sin condiciones previas, no hay razones para el optimismo. Cierto que Rajoy se mantiene sereno, intencionadamente estanco a los insultos de que ha sido objeto en los últimos días –“desleal”, “irresponsable”, etc. y no por segundones, sino por primeras figuras del Gobierno y del PSOE– y la agresividad, ya incluso gestual, del presidente Rodríguez Zapatero. Por si fuera poco, un muro se ha alzado en las últimas horas, quizá insalvable entre ambos interlocutores, y es ANV. Rajoy pide su ilegalización, que sería muy probablemente acordada por los Tribunales si el Gobierno la plantease seriamente a través de la Fiscalía. Pero ETA ya ha dejado bien claro en las últimas horas que consideraría la ilegalización de ANV –las siglas políticas bajo las que el complejo ETA-Batasuna ha vuelto a las instituciones– como un auténtico “casus belli”. Desde la negativa a negociar políticamente con el terrorismo es muy difícil cualquier acuerdo con quien entiende que el silencio de las armas de ETA bien vale la apertura de un espacio político para un abertzalismo independentista que hace bandera y orgullo de ETA.

DESLEAL, IRRESPONSABLE, SIN PRECEDENTES…

Las preguntas están en la calle, pero también en prestigiosos rotativos internacionales: ¿Quién es desleal? ¿Rajoy cuando reclama la vuelta a los fundamentos del pacto por las libertades y contra el terrorismo, o Rodríguez Zapatero cuando oculta a la oposición la forma, el sentido y los contenidos de las negociaciones con ETA? ¿Quién es irresponsable? ¿Rajoy cuando se niega a cualquier negociación política con ETA, o Rodríguez Zapatero cuando ahora pretende el trágala de que el “proceso de paz” se rompió porque el Gobierno se negó a hablar de política con ETA, pero sin decirnos de que han estado hablando tanto tiempo? ¿Quién hace algo “sin precedentes”? ¿Rajoy cuando se niega a comprometer un apoyo incondicional al Gobierno sobre una fe eucarística –“creer en lo que no vemos”– que no parece propia del espacio político, o Rodríguez Zapatero cuando se niega no ya a informar de lo que habla con ETA, sino ni siquiera a asumir un compromiso de mínimos para los límites de ese diálogo?

EL CONSENSO, IMPOSIBLE

Con la prudencia del estricto off the record, pues es obligación de los diplomáticos serios la no injerencia política en temas que no sean bilaterales entre el país que representan y aquel en el que ejercen esa representación, comenta un distinguido embajador en Madrid que, al punto que han llegado las cosas y si se mantiene imposible el consenso entre poder y oposición respecto a un tema central y crucial como es el terrorismo, parecería razonable hacer lo que muchos periodistas y analistas de prestigio vienen reclamando los últimos días, esto es, dar la voz a la ciudadanía mediante elecciones generales anticipadas. “Al fin y al cabo quedan apenas ocho meses de Legislatura, casi ni podría llamarse adelanto, pero se acercan dificultades económicas serias y España necesita una seria política de consenso para afrontarlas con eficacia. No todo es ganar el poder y mantenerse en él a cualquier precio. En las actuales condiciones, ETA no es sólo una amenaza terrorista, sino que al propiciar la división del país, puede ser letal para la política económica, y por tanto conviene saber lo que piensa la ciudadanía, si en este asunto de ETA está más de acuerdo con lo que hace Rodríguez Zapatero o con lo que dice Mariano Rajoy. Si el PSOE ratificase la mayoría, pues adelante, pero legitimado. Y si ganara el PP sería la constatación de que el adelanto electoral era necesario”.

¿UN “WATERGATE” A LA ESPAÑOLA?

Seguro que tiene razón el prudente embajador. Pero la cosa no es tan fácil, porque sería inevitable que, en estos momentos, no sólo la negociación con ETA pesara en el ánimo de los electores. En La Moncloa y en Ferraz lo han valorado y la decisión de no adelantar elecciones es rotunda. Los que ya han demostrado que saben cosas y que tienen buenas fuentes de información aseguran que los escándalos de la oficina económica de La Moncloa, esto es, del intervencionismo político de los amigos del Presidente en la actividad empresarial –los casos de Endesa, el clan Intermoney, el BBVA, la CNMV–, no han hecho más que empezar, aunque pueda parecer sorprendente por la extrema gravedad de lo ya conocido. Afirman que estamos ante un auténtico “Watergate a la española”. Con espionaje incluido, me dicen. La convergencia diabólica entre las negociaciones secretas de Rodríguez Zapatero con ETA  y los manejos de Sebastián, Taguas, Arenillas, Vegara, etc. pasaría seria factura en las urnas en estos momentos. Ha sucedido en las elecciones municipales y autonómicas de Madrid porque es inevitable que la capital del Estado, en cualquier país, vaya por delante en la percepción de estos temas, pero la información se extiende territorialmente con rapidez.

EL COSTE ECONÓMICO DE LA CRISPACIÓN

Así que la decisión de Rodríguez Zapatero es rígida y en pinza de tenaza. Respecto a las elecciones toca “pies en pared” y aguantar. Nada de adelantar las urnas. Y hasta las elecciones, apretar las tuercas de la crispación para mantener el aislamiento del PP, cortar en seco –“se van a enterar estos de CiU”– la incipiente reanudación del diálogo político entre los nacionalismos moderados y el PP. Con dos objetivos a corto plazo: sacar adelante en otoño los Presupuestos Generales a cualquier precio y conseguir de ETA un nuevo alto el fuego antes de las elecciones generales. Las cúpulas financieras empiezan ya a preocuparse por los indicios de debilitamiento de nuestra economía, como la caída de la inversión extranjera, el fin de la burbuja inmobiliaria, la incidencia de la subida de tipos de interés en el sobredimensionado mercado hipotecario, etc. etc. “Lo que de ninguna manera conviene a España es que una crisis política dificulte o retrase el consenso en torno a las medidas que permitan afrontar las tensiones económicas, cuando, sin crisis política, el país podría salir incluso más fortalecido que otros al siguiente ciclo”, comentaba el jueves un muy importante, e influyente, empresario.

RUIZ-GALLARDÓN Y EL “PARÉNTESIS” EN EL PSOE

El reelegido Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, es cualquier cosa menos imprudente, ni siquiera bajo los efectos eufóricos de un éxito como el obtenido en las urnas del 27-M. Euforia legítima, no sólo por la claridad del resultado, sino también porque Rodríguez Zapatero se había implicado personalmente en “la batalla de Madrid”. Disfruta además de muy privilegiadas fuentes de información. De su espectacular arremetida contra Rodríguez Zapatero, los observadores superficiales se han quedado con su auto-postulación para acompañar a Rajoy en la candidatura para las elecciones generales, cuando lo verdaderamente importante fue su tremenda descalificación del actual presidente del Gobierno, más dura que casi cualquier otra que éste haya recibido: “Rodríguez Zapatero es un paréntesis en la historia de España y del socialismo”. Dos paréntesis. De la formulación del primero, Ruiz-Gallardón tiene probablemente la autoría. Del segundo paréntesis, no es imposible que sea mensajero. Renovarse o morir. Hay quienes, en el PSOE, ya piensan y dicen que la salvación pasa claramente por una renovación de liderazgo. Y no son unos cualquiera precisamente, aunque no estén ahora en la “maquinaria” de Ferraz.

MENSAJE CON ACUSE DE RECIBO

Todo estaba previsto. Incluso que la atención de la opinión pública se centrase en su presunto ofrecimiento como “número dos” del PP. Al fin y al cabo, la relativa rivalidad política entre Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre está en el día a día de los medios informativos. Nada grave porque, como el propio Rajoy dejó caer, “el PP tiene espacio para varios números dos”. Si Ruiz-Gallardón fuera un político dado al desahogo verbal o la improvisación, podría valorarse de otra manera. Pero es todo lo contrario. La profesión no es impune, y tiene la prudencia y contención del fiscal de carrera que es, si no me falla la memoria. Improvisa muy poco y mucho menos en cuestiones que él sabe especialmente delicadas. Un empresario de éxito, importante y con horizonte de serlo bastante más, me comentaba poco después: “¿No dijo Polanco a sus accionistas que le gustaría apoyar a una derecha moderna, europea, inteligente…? Entonces, el paso al frente de Alberto no es un servicio a Polanco, sino un servicio al PP y a Mariano Rajoy"


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