La prostitución que entre todos consentimos

Es la profesión más antigua del mundo pero no por ello dejo de estremecerme cuando veo un reportaje con toda la crueldad puesta en bandeja. Ayer A3 emitió por la noche el documental sobre españoles que viajan a Brasil en busca de prostitución. Los reporteros consiguieron ganarse la confianza de unos turistas españoles que desconocían que estaban siendo grabados y en calorcito que da el país caribeño y las copas que se toman, soltaron por esa boquita las mayores barbaridades que se pueden decir. Una palabra para definir lo que sentí: asco

Habrá mujeres que se prostituyan porque quieren. No digo que no. Que lo hagan además de forma libre sin una mafia detrás. No lo niego. Pero me da a mí que la prostitución, en un 80 o incluso 90% es cosa muy parecida a la esclavitud. Existe en todas partes del mundo, es cierto, y desde que el hombre está en la tierra, también veraz. Pero no por ello deja de ser algo asqueroso e indignante, sobre todo para quién ejerce la mafia sobre ellas y las tiene atemorizadas.

Este tema es demasiado amplio para resumirlo en una columna por eso me quiero centrar en lo que el documental ponía de manifiesto; en los españoles que acuden a Río o a otra ciudad brasileña con una única misión; encontrar prostitutas. Las frases grabadas sin el consentimiento de ellos son terriblemente reveladoras: “son muy putas, reputas” “yo estuve ayer con la misma pero esta mañana la eché porque me dio la brasa con el tema de su hijo”. Cuenta que, además, le recuerda que no le dé la brasa porque ella “folla los 365 días del año y yo sólo los que vengo a Brasil” Olvida que para ella eso no es una diversión, es su única salida. Qué digo olvida, no se puede olvidar algo que se ignora.

Me pregunto qué pasa por las cabezas de estos hombres que seguramente tienen unas vidas ordenadas, que tienen unos sentimientos sinceros hacia sus propias hijas, amigas, madres, novias, mujeres. ¿No se dan cuenta de que utilizando estos servicios contribuyen a que este tipo de lacra siga existiendo? ¿No son conscientes de forman un eslabón más dentro de la lacra que supone la prostitución de este tipo? Es, como siempre, el maltrato al más débil.

El documental se salpicaba con intervenciones de Mabel Lozano, directora del documental Voces, una denuncia sobre la trata de blancas: de todas las cosas que dice me quedo con una frase definitoria; “¿tú conoces a alguien que te diga cuando mi hija sea mayor quiero que sea puta?”

Tema ya aparte es cuando la prostitución escala más hacia el infierno y nos encontramos con menores de edad. Con esto sí que ya se me acaban las palabras.

Parece que no pero todos podemos hacer algo. Dice un testimonio del documental que empecemos a cambiar nuestra percepción y no volvamos a tolerar en nuestra presencia las conversaciones de machitos que nos cuentan un viaje que hicieron para esto, que dejemos clara nuestra postura frente a esto.

A continuación les dejo el corto de Mabel Lozano; Escúchame. Sumamente revelador. Si puedes, compártelo en tus redes sociales.

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