Montilla busca minimizar la soberanía catalana negando la española

José Montilla inicia su última misiva de cara a la militancia del PSC reconociendo que la decisión de reforma constitucional "requería más reflexión interna" a la vez que "más complicidad política" que acogiera a grupos más allá de PSOE y PP. Prosigue el expresident enzarzándose en la situación económica mundial, y es a partir de este momento cuando Montilla se presta a 'desfacer entuertos'. Dice que "lo peor que nos ha pasado estos días" a causa de que no ha habido explicaciones sinceras y francas "es que se ha generado una gran confusión. Por ignorancia y, en algunos casos, por mala fe". Estos malos entendidos son, a su parecer, que se limitan las políticas sociales cuando no es así, porque la reforma "limita el déficit, no el gasto"; o que se "limita el endeudamiento", cosa tampoco cierta. Luego Montilla prosigue con su justificación de que los cambios en la Carta Magna se lleven a cabo sin consultar a los ciudadanos, sobre todo por la premura que requieren los mismos. Montilla razona que, con la consulta, las medidas habrían tardado más en aplicarse. Y, volviendo a las supuestas falacias, entra al trapo de las pérdidas de soberanía generalizadas que, pontifica, se han dado en favor de la Unión Europea. Diríase, pues, que para Montilla los actuales estados están liquidados.