www.diariocritico.com
El 11-S y los nuevos parámetros de paz y seguridad

El 11-S y los nuevos parámetros de paz y seguridad

domingo 11 de septiembre de 2011, 11:49h
Cuando se cumple el decimo aniversario de aquel 11 de septiembre en que el mundo contempló con estupor las imágenes desoladoras que mostraban el ataque a Estados Unidos de parte del terrorismo fundamentalista de Al-Qaeda, todavía tenemos un mapa incompleto de los efectos que ese acontecimiento produjo en el mundo que iniciaba el nuevo siglo XXI. Sin embargo, hay algunos ámbitos donde el efecto ha sido manifiesto. Ante todo, aquellos hechos supusieron la confirmación de la gran desilusión experimentada respecto de la perspectiva optimista planteada al comienzo de los años noventa con la superación de la guerra fría. Como se recordará, Naciones Unidas planteó en 1992 Una Agenda para la Paz que afirmaba: “Las naciones y los pueblos que conforman las Naciones Unidas son afortunados en un sentido que no lo fueron que no lo fueron los de la Liga de Naciones. Tenemos una segunda oportunidad para crear el mundo que propone nuestra Carta y que ellos no pudieron ver”. Esa “celebración de nuestras posibilidades restauradas” ofrecía unos dividendos de la paz para que el mundo pudiera centrarse en enfrentar los males endémicos de la comunidad mundial: la pobreza, las enfermedades, el daño ambiental, etc. Las primeras dudas sobre esta perspectiva llegaron con el estallido de conflictos regionales particularmente descarnados, como el que afectó al corazón de la vieja Europa con la guerra de los Balcanes. Y con la llegada del nuevo siglo, la ilusión de gozar de los dividendos de la paz se derrumbó como lo hicieron las Torres Gemelas de Nueva York. Ya no había duda de que los problemas de  seguridad volvían a colocarse bajo nuevas formas en la primera línea de las preocupaciones mundiales.  En relación con ello, un ámbito que ha experimentado fuertes cambios desde aquel 11 de septiembre es el que corresponde a las políticas de seguridad de la mayoría de los países occidentales. Un estudio realizado por la revista Tiempo de Paz (que tiene el mérito de haber superado este mes su número 100), donde se examina comparadamente las principales estrategias en Norteamérica y Europa, refleja que en estos diez años se han modificado o creado doctrinas que comparten las siguientes amenazas: el terrorismo internacional, la falta de control sobre las armas de destrucción masiva, los conflictos regionales abiertos y los ataques al ciberespacio. Además, cada Estado pone distintos énfasis en otras amenazas como los accidentes tecnológicos y los desastres de origen natural. De igual forma, sobre todo en Europa, se incorpora el crimen organizado como otro factor creciente de inseguridad. Con la llegada de la Administración Obama en Estados Unidos, su nueva doctrina se asocia a las emitidas en Europa, tanto en la Unión Europea (2003), como en Inglaterra (2010), Francia (2008) y recientemente España (2011), en cuanto a la orientación favorable al multilateralismo y el respeto al derecho internacional, que se procesa principalmente en el seno de Naciones Unidas. No obstante, la opinión pública en todo el mundo debe vigilar que las actuaciones concretas, especialmente de tipo militar, se apeguen a esta orientación conceptual. El otro ámbito que también se ha transformado en estos pasados diez años ha sido el correspondiente al trabajo por la paz. Durante los años noventa, las organizaciones que se mantuvieron en esta brega, animados por la nueva perspectiva de las posibilidades restauradas, pusieron el acento en la paz positiva, entendiendo que la paz es más que la ausencia de guerra y, así, se dedicaron a la asistencia humanitaria, reparación en postconflicto, lucha contra el hambre, etc. Sin embargo, en la primera década del presente siglo, tuvieron que retornar a las calles para rechazar la invasión de Irak y la doctrina unilateral y de intervención preventiva de la Administración Bush. Al tener que volver a poner énfasis en los problemas de seguridad, no tuvieron más remedio que regresar al esfuerzo más tradicional de tratar de evitar los conflictos armados y los hechos violentos del terrorismo global, que ya nos azotaron tan dolosamente en España aquel 11 de marzo del 2004. Esta doble actuación (por la paz positiva y contra la guerra y la violencia) complejiza notablemente el trabajo por la paz en este nuevo siglo. Aquel terrible 11 de septiembre del 2001 fue la expresión del mundo complejo y convulso que empezó a formarse veinte años antes. Pero también fue un hito que cambió los parámetros específicos en materia de paz y seguridad. No sabemos muy bien a donde nos conduce todo esto, pero hay algo de lo podemos estar completamente seguros: hemos perdido irremisiblemente las certezas cuando levantamos nuestra vista hacia el horizonte futuro. - Lea también: EEUU celebra el décimo aniversario del 11-S, el día que cambió su historia Especial: 10 años del 11-S
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios