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¡Muera Breton Woods!

¡Muera Breton Woods!

domingo 11 de septiembre de 2011, 14:07h
Al principio de todo, hará como 5.000 años, el dinero era una mercancía con valor propio, pero el trueque necesitaba de una logística compleja e inventamos las monedas que valían su peso en la plata o el oro de que estaban fundidas. Como la cosa salía por un pico, las monedas pasaron a tener solo una parte proporcional del metal que las identificaba para acabar siendo de cualquier material –incluso papel- y representando cierta cantidad de plata u oro depositada en algún banco. Es el llamado dinero fiduciario y el origen del Patrón Oro que trajo estabilidad a la economía mundial: generaba poca inflación a un tipo de cambio fijo. La seguridad en las transacciones trajo estabilidad y el resultado fue un prolongado y casi permanente estado de confianza. La prosperidad fue generalizada en Europa y América desde Napoleón hasta la Guerra del 14.                En 1944 Breton Woods confirmó el Patrón Oro y asumió las tesis del economista Harry Dexter White dejando fuera las de los británicos encabezados por John Maynard Keynes.                Harry Dexter  resultó ser un traidor que facilitó durante años información sensible a los rusos. El morigerado Edgar Hoover y el histriónico McCarthy fueron a por él con todas las fuerzas del FBI y del Comité de Actividades Antiamericanas, pero esto es solo un poco de pimienta para la columna de hoy. Lo importante fue que en 1944 se rechazaron las propuestas de Keynes.                El Patrón Oro cayó en 1971. Alemania se negó a seguir manteniendo el dólar a costa de su sacrosanto marco y abandonó el Patrón Oro. En 1970 los costes de la guerra de Vietnam y el ciclo de inflación acelerada hicieron que USA entrara, por vez primera, en déficit en las balanzas de pago y comercial del país. El arbitraje internacional redujo la cobertura del dólar sobre el oro del 55% al 22% y varios países reclamaron el oro contra entrega de dólares: Suiza 50 millones, Francia 191 millones.                En julio el Congreso USA impone una devaluación del dólar y Suiza, 5 de agosto, abandona el Patrón Oro. La economía estadounidense va de mal en peor y Nixon implanta el 15 de agosto una serie de medidas para proteger su moneda, entre ellas abandonar el Patrón Oro. Es lo que se conoce como Nixon Shock.                En el silencio de los preteridos quedó la propuesta de Keynes, centrada en la International Clearing Union y en el Bancor, una moneda de cambio respaldada por las monedas fuertes que serviría para vehicular los excedentes de las naciones superavitarias hacia las deficitarias, propiciando un crecimiento del comercio mundial y evitando la deflación.                Tal como están las cosas, la vuelta al Patrón Oro es inviable –no habría oro en el planeta suficiente para cubrir las existencias de dinero- y abandonar el “Dinero Fiat” para volver al “Dinero Fiduciario” derrumbaría el sistema financiero. Con las debidas actualizaciones, la propuesta de Maynard Keynes –anti Patrón Oro- reaparece como una forma cabal de sujetar la economía, minimizar sus vaivenes y procurar un crecimiento mundial. Tal vez sea llegado el momento de replantearnos ciertas cosas. Krugman tiene ideas interesantes sobre Geografía Económica, Peter A. Diamond ha diseñado modelos matemáticos para acoplar la oferta y la demanda en mercados como la búsqueda de trabajo o la vivienda. (¿Algo más actual en nuestra España del alma?) y Oliver E. Williamson tiene desarrollos muy precisos sobre los sistemas y mecanismos de gobernanza económica mundial. Todos ellos recientes premios Nobel de la cosa. Sorprende que teniendo estos cerebros de la economía nos pongamos en manos de presidentes como Bush II, que a duras penas sabía leer, como Rodríguez Zapatero que de veras debió creer que la economía se aprende en 2 tardes (claro que la propuesta dice más del maestro que la hizo que del alumno) o Rajoy que reconoce que ni entiende la economía ni sabe las mates de 2º de la ESO. Si aquí alguien sabe de esto, me temo que es la canciller Angela Dorotea Merkel, pero lógicamente ella barre pa’ su casa por más que ahora diga ser la adalid del Euro. La llegada de un nuevo ciclo es como la llegada de la adolescencia: dolorosamente inevitable, pero hay que superarla para mejorar porque el proceso no es reversible.
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