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¿Está China en problemas?

¿Está China en problemas?

China: puede mover el timón en una u otra dirección de acuerdo al tenor de los vientos Muchos analistas económicos insisten en presentar a China como un país en problemas. Algunos señalan que su economía confronta el "punto de inflexión Lewis": el momento en el que una economía emergente ve escasear su mano de obra con la subsiguiente aparición de inflación y disminución de sus tasas de crecimiento. Otros hablan del próximo "aterrizaje forzoso" de China como resultado de la inevitable caída de sus tasas de crecimiento. Como punto de partida hay que decir que las provincias costeras, donde se había concentrado su producción industrial, han visto en efecto elevar el costo de la mano de obra. Ello no determina sin embargo el fin de las industrias de mano de obra intensiva, las cuales comenzaron a migrar hacia los espacios interiores del país. El 40% de la mano de obra china se encuentra en agricultura, donde la productividad es una sexta parte del promedio económico nacional. Ello está determinando su reconversión hacia la industria. Simultáneamente, China no sólo es sumamente fuerte en tecnología media sino que le está pisando los talones a Estados Unidos en alta tecnología. La Academia Nacional de Ciencias de este último país reconoció, en un informe de 2005, que China graduaba a 600.000 ingenieros por año frente a 70 mil en Estados Unidos. Más aún, la inversión directa en investigación y desarrollo tecnológicos en China ha crecido a un promedio anual del 21% durante los últimos diez años, estimándose que para 2016 alcance a la de Estados Unidos. Pero más allá de lo que China genere, está la alta tecnología que las empresas occidentales le transfieren como precondición de entrada a su mercado. Por otro lado, la producción china se dirige a tres destinos distintos: la exportación, la urbanización y el desarrollo de infraestructuras y el consumo doméstico. En el primer campo China es desde 2009 el primer exportador mundial, según lo atestigua la OMC. Con respecto a urbanización e infraestructuras, el Décimo Primer Plan Quinquenal chino del año 2006 determinó que, durante los siguientes quince años, trescientos millones de personas serían trasladadas del campo a las ciudades. Dentro de ese contexto cabría citar los procesos de reconfiguración de los ejes de desarrollo de los deltas de los ríos Perla y Yangtze que contemplan la creación de cientos de nuevas ciudades, incluyendo seis megaciudades de más de diez millones de habitantes. Finalmente está el énfasis en promover el consumo doméstico, previsto por el Décimo Segundo Plan Quinquenal de 2011. Ello con el doble propósito de distribuir los beneficios del crecimiento económico y de precaverse contra nuevas recesiones internacionales. China disfruta de una extraordinaria capacidad de maniobra. Por un lado, están sus fortalezas en los sectores de alta y mediana tecnología y de mano de obra intensiva. Por otro lado, se encuentra su capacidad para desenvolverse simultáneamente en tres espacios diferentes: exportaciones, desarrollo urbano y de infraestructuras y consumo doméstico. Ningún otro país posee tantas opciones en sus manos, que le permitan mover el timón en una u otra dirección de acuerdo al tenor de los vientos. Problemas tienen otros, no China.