www.diariocritico.com

Fernando Jáuregui

Balance de un viaje

Balance de un viaje

martes 17 de julio de 2007, 08:34h

 

 

Balance de un viaje

 

Fernando Jáuregui

 

Los viajes de los jefes de gobierno españoles a América Latina suelen ser gratos, a menos que se cometan deslices semejantes al de Aznar cuando quiso presionar al mexicano Fox para que se uniese a la guerra contra Irak. O a menos que algún presidente, llevado por el populismo, como en alguna ocasión ha hecho Néstor Kirchner en Argentina, se empeñe en suscitar roces donde no existen. Y yo diría que, en estos momentos, más allá de algunas excentricidades del venezolano Chávez o de alguna mala gestión aislada en el mar de gestiones muy aceptables de las empresas españolas, las relaciones entre España y los países de América Latina son sustancialmente buenas Incluyendo en el grupo a la Bolivia de Evo Morales.

 La sintonía entre el mexicano Felipe Calderón y el español José Luis Rodríguez Zapatero es evidente. El viaje del presidente español a México ha sido positivo, fácil, quizá necesitado de contenidos más ambiciosos. Puede que se haya hablado sobre seguridad mucho más que de negocios, porque los negocios, como se demostró el martes en la Cámara de Comercio hispano-mexicana, en presencia de algunos de los empresarios españoles más importantes, como Galán (Iberdrola), Brufau (Repsol), Villar Mir (OHL) o Alierta (Telefónica), casi ruedan solos.

 Da la impresión de que los sectores privados son más dinámicos que el oficial, viendo cómo persisten algunas deficiencias en la organización de los viajes del presidente. Al margen queda ya la queja sempiterna de que la prensa es la gran marginada en estos desplazamientos, que se dificultan hasta el extremo para los informadores, como si el papel de estos fuese secundario. Lo más significativo es que acaso la presencia del mandatario español en los países latinoamericanos no queda subrayada lo suficientemente. O no, al menos, tanto como el peso específico que España quiere recobrar entre sus hermanos americanos merecería.

 Es justo reconocer que hay un tesón importante por parte de una diplomacia esforzada por atender a la pujanza del reto del sector privado. Y puede también que, en algunos aspectos, La Moncloa aporte su grano de arena. Pero a Zapatero se le sigue notando una mayor querencia por las cosas de casa (la memoria histórica en el caso de este desplazamiento a México) que por el diseño de la política internacional. A veces parece que falta una idea global del alcance que pueda tener España en su papel en el mundo. Y eso, cuando se considera América Latina, es casi intolerable.

 Por lo demás, me parece que este viaje a México (y Panamá, donde apenas estuvo siete horas) es necesario. Como son muy convenientes todos los otros contactos políticos, sociales, económicos y hasta turísticos que cada vez con mayor frecuencia se dan entre ambas partes. Importante es el mantenimiento de la cooperación española, que maneja bien Leire Patín, y de las algunas veces denostadas cumbres iberoamericanas, aunque tal vez conviniese darles un nuevo impulso, ya desde la próxima a celebrar en Santiago de Chile. Contactos, proyectos, ayudas oficiales a esos proyectos, o al menos a los más viables, es lo que se impone, y no solamente una estrategia de buenas palabras. Lo que ocurre es que a veces parece que algunos dignatarios no acaban de creérselo y no terminan de elaborar un plan que deje resquicios, tantos resquicios, desaprovechados.

 

 

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios