España podría interrogar y procesar al 'Solitario' mientras es juzgado en Portugal

Aunque a "El Solitario" se le imputan una treintena de atracos y el asesinato de tres policías en España, la intención expresada por Madrid de pedir su entrega puede verse obstaculizada por los cargos que pesan contra él en Portugal, donde fue capturado disfrazado y con un pequeño arsenal de armas ante las puertas del banco que iba a asaltar. Así, el director general de la Policía Judicial admitió la "posibilidad" de que el proceso abierto en Portugal se detenga de algún modo para que "El Solitario" responda también de sus delitos en España, aunque depende de la solicitud que las autoridades judiciales españolas hagan a sus homólogas lusas.

El atracador, de 51 años, podría ser trasladado a España para "participar -señaló- en determinadas diligencias en el ámbito de las  investigaciones que se realizan"."Es necesario que sea juzgado en Portugal (por los crímenes de posesión ilegal de armas, utilización de matrículas falsas e intento de atraco), pero eso no impide que vaya a ser juzgado posteriormente también en España", puntualizó Ribeiro que agregó: "habrá tiempo para todo". El alto cargo policial recordó que en Portugal ningún criminal tiene que cumplir más de 25 años de cárcel, aunque tenga delitos con condenas más altas, como los atribuidos a Giménez Arbe, que pueden acarrearle unos 28 años de reclusión.

En ese sentido, el Fiscal General del Estado, Cándido Conde-Pumpido, ha afirmado que la fiscalía solicitará la entrega temporal del 'Solitario' y que estudia pedir la cesión de jurisdicción para juzgarle en España por todos los delitos cometidos. "En principio la Fiscalía va a promover tres medidas, primero una orden europea de detención y entrega que tendrá que practicarse desde los órganos jurisdiccionales competentes", afirmó Conde-Pumpido en declaraciones a los medios antes de participar en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense en El Escorial.

"En segundo lugar, solicitaremos una entrega temporal para que puedan practicarse dirigencias en España y preparar el enjuiciamiento en su caso", afirmó. Es una entrega temporal que todavía no se ha solicitado aunque se hará en los próximos días. Aseguró que "lo que sí hay es una orden internacional de captura". "La tercera medida que podría ser es estudiar la cesión de jurisdicción, que se entregara a 'El Solitario' para juzgarle en España por todos los delitos, incluida la tentativa en Portugal", subrayó tras destacar la "magnifica relación" con la fiscalía portuguesa tras la reunión del pasado fin de semana, en la que se "pusieron las bases para una colaboración en casos de delincuencia organizada o múltiple".

Caso 'difícil"
Según Ribeiro el dossier para solicitar su extradición a través de una euro-orden debería llegar al Tribunal de Relación de Coimbra, capital de la región en la que "El Solitario" fue detenido. Según Ribeiro, una de las "grandes dificultades" de este caso es la ausencia de pruebas incriminatorias muy concluyentes contra Giménez Arbe y la instrucción del caso en Portugal podría durar meses. Pero eso no impediría que se abra un sumario paralelo en España y que el acusado vaya al país vecino a declarar, aseguró el jefe policial.

El proceso de "El Solitario" en Portugal puede alargarse mucho teniendo en cuenta los mecanismos de los procedimientos penales y las posibilidades de apelación, según fuentes judiciales lusas. Sobre la personalidad del acusado, Ribeiro comentó que es un individuo muy experimentado, peligroso y tan cauteloso que utilizaba las carreteras secundarias portuguesas para desplazarse de forma más desapercibida cuando preparaba su atraco en este país.

"El Solitario" se trasladó desde las afueras de Madrid, donde vivía, hasta Figueira da Foz en un automóvil español con dos juegos de matrículas falsas, una de Portugal y otra de España, armado con una pistola, un subfusil y varios cargadores y cajas de munición y provisto de un chaleco antibalas. Vestido con ropa deportiva azul y tratando de ocultar infructuosamente la cara, Giménez Arbe fue llevado del cuello y en medio de un tumulto de policías, curiosos y fotógrafos ante el juzgado portugués que examina su caso en medio de grandes medidas de seguridad.

Un funcionario del juzgado explicó que el acusado, vigilado de cerca por varios policías, tuvo que esperar más de una hora antes de que uno de los tres jueces de guardia, la abogada de oficio que le han asignado y un traductor estuvieran listos para el inicio de la vista.