El Atlético sufre, pero entra en Europa

Su contrincante, que había ganado en la ida por 2-1, no tiró la toalla e incluso se creció en la segunda mitad, en la que, más por deméritos del conjunto madrileño que por sus propias condiciones técnicas, fue capaz de mantenerse vivo en la eliminatoria hasta el final del encuentro.

El Atlético afrontaba su "último esfuerzo para cumplir la palabra de ir a Europa", en declaraciones de Javier Aguirre en la previa. Y no la desaprovechó en el estadio Vicente Calderón, con buen ambiente en las gradas y ante un rival peleón, que en ocasiones se empleó con demasiada dureza, pero técnicamente inferior a los locales.

La resistencia del bloque rumano, que preparó un entramado defensivo con cinco zagueros y cuatro centrocampistas, apenas duró diez minutos, el tiempo que tardó el conjunto rojiblanco en crear su primera ocasión y marcar el 1-0, por medio del uruguayo Diego Forlán, debutante en el Atlético tras su fichaje de este verano.

Ese gol, fruto de un mal despeje de la defensa visitante, tranquilizó el partido para el equipo madrileño, clasificado con ese resultado para la segunda ronda previa de la Copa de la UEFA, pero que se lanzó a sentenciar la eliminatoria cuanto antes. Su única amenaza atrás, entre tanto, eran sus propios desajustes defensivos.

El Atlético, sin ningún susto para el argentino Leo Franco en toda la primera mitad, tenía la posesión del balón, movía la pelota con un criterio poco habitual en los últimos años y disponía de más ocasiones, guiado en ataque por un explosivo 'Kun' Agüero, Forlán y Maxi, protagonistas de tres intencionados disparos. Aun así, se marchó al descanso con sólo un gol, un resultado suficiente para superar la eliminatoria pero inquietante para la segunda parte.  Sólo el argentino 'Kun' Agüero, máximo goleador y campeón del pasado Mundial sub'20, tenías las ideas claras.

El ariete fabricó nuevas ocasiones, como una rápida carrera ante varios contrarios y un recorte magnífico en el área que finalizó, sin embargo, con un disparo mínimamente desviado. Pero el Atlético sufría ante su contrincante. No marcó, pero mantuvo la intranquilidad del equipo madrileño, que respiró con el pitido final.