Para bailar como para pelear, se necesitan dos

Política y espectáculo van juntos. Eso no es novedad. Y que una pareja integrada por una argentina símbolo de la lucha contra las plantas de celulosa y un uruguayo bastante polémico participe de "Bailando por un sueño" (versión argentina del "Mira quien baila" español) viene a confirmarlo. Sin embargo, la rivalidad existente en la interna de la pareja parece reflejar, y esto sí preocupa, la creciente enemistad y desconfianza que parece configurarse entre Uruguay y Argentina.

Paysandú y Colón o Gualeguaychú y Fray Bentos siempre fueron ciudades hermanas, con un relacionamiento comercial intenso, cuyo flujo depende de las alternativas del tipo de cambio. Pero, sobre todo, siempre hubo mucho ida y vuelta entre las poblaciones. Amistades, amores, rivalidades deportivas... En fin, el Río Uruguay siempre unió mucho más de lo que separó a Argentina y Uruguay, al menos a las ciudades litoraleñas. "No hay nada más parecido a un uruguayo que un entrerriano", se decía. Y el verbo se debe conjugar en pasado.

Sin duda, independientemente de su resolución, el diferendo por la instalación de las plantas de celulosa en Uruguay dejará una huella importante en el relacionamiento político entre ambos países pero principalmente afectará a los pueblos, radicalizados en posiciones antagónicas.

Los gobiernos no han hecho mucho por bajarle el perfil al conflicto. Desde Argentina que dejó crecer al movimiento piquetero en Gualeguaychú y nada hizo por terminar con una medida ilícita como la del corte de ruta, hasta Uruguay que demostró poco profesionalismo diplomático en el manejo de la polémica, la escalada parece no tener fin.

Si algo faltaba, uno de los programas de mayor audiencia tanto en Argentina como en Uruguay, el show televisivo "Bailando por un sueño" producido en Buenos Aires, incorporó una pareja compuesta por Evangelina Carrozzo (que además de su belleza mostró un cartel contra las plantas de celulosa en la Cumbre Mercosur Unión Europea de Viena) y el uruguayo Javier Rojas.

Lejos de rescatar las buenas relaciones que siempre existieron entre ambos pueblos, la pareja demuestra cabalmente el estado de cosas actual. Parece que se hablan lo imprescindible y en varias oportunidades se han hecho reclamos en cámara. Igualito que los políticos. Además, el uruguayo mantiene una disputa con el jurado a través de los programas de chimentos, en la que incluso llegó a catalogar a Argentina como "una fábrica de soberbios".

El programa tiene un régimen de sentencias en el que cada semana dos o más parejas son sometidas al voto del público. La última le tocó al tándem uruguayo-argentino, junto a otras dos. Finalmente quedaron segundos y no fueron eliminados. Para convocar a votar -vía mensajes SMS- la familia del bailarín usó frases como "Javier es Uruguay" o "Javier es patria". Y algo de impacto tuvieron... Preocupante.


Mauricio Erramuspe es licenciado en Comunicación. Trabaja en Radio El Espectador de Montevideo y es uno de los redactores del Diario Hispano Uruguayo.