Ibarretxe justifica a Imaz

Creyéndose en posesión de una representación consensuada de la pluralidad vasca, el lehendakari Juan José Ibarretxe vuelve sobre sus propios pasos y se coloca a espaldas de la legalidad vigente, sin haberla cambiado previamente. En su plan Ibarretxe II, el anuncio de realizar el 25 de octubre de 2008 una consulta popular sobre el futuro de Euskadi es, por tanto, un desafío al Estado, cuyo resultado no puede ser otro que un segundo revés; entre otras cosas por falta de marco legal para avanzar por esa vía, ya que solo el Gobierno puede hacer convocatorias de tal naturaleza. Su nuevo plan es unilateral y se da a sí mismo todas las respuestas, partiendo de un plano de igualdad entre una comunidad autónoma y un Estado.

Entre otras cosas, la propuesta de Ibarretxe carece de algo esencial en política: no es realista. ¿Cómo va a alcanzar un acuerdo de esa dimensión con el presidente del Gobierno, si éste ni siquiera sabe si va a seguir en la Moncloa? ¿Cree sinceramente el lehendakari que está en condiciones de darle un mandato a ETA? Aunque Rodríguez Zapatero accediera a las pretensiones de Ibarretxe, ¿qué respaldo democrático tendría un acuerdo entre dos jefes de Gobierno no facultados para semejante operación política? ¿No se da cuenta el lehendakari de que una reforma así requiere cambiar la Constitución española?  En fin, que por muy razonadas que estén algunas cosas, su aplicación práctica es inviable.

Tras esta nueva iniciativa, Ibarretxe puede que haya agotado sus posibilidades como gobernante y que, zanjado un nuevo fracaso más que cantado, le esté alfombrando el camino a un político más pragmático, como Josu Jon Imaz. Aunque parezca extraño hablar de su vuelta justo cuando se está yendo de la presidencia del PNV, en el fondo quizá no lo sea tanto. Un buen momento para saberlo será la noche electoral de las elecciones generales, ya que ese día Ibarretxe va a saber hasta qué punto triunfa su tesis soberanista frente a la política transversal que defiende Imaz. Un nuevo culebrón no ha hecho más que empezar.