www.diariocritico.com

Se acaba el plazo

sábado 16 de diciembre de 2006, 14:59h
Lo más importante que va a ocurrir el jueves de la semana entrante, 21 de diciembre, no es que el otoño va a dar paso al invierno, sino que se trata de la fecha tope anunciada públicamente por ETA para que el Gobierno cumpla con eso que Arnaldo Otegui llama "los compromisos adquiridos", es decir, el precio político que Zapatero dejó saber a la banda terrorista que estaba dispuesto a pagar a cambio de la tregua que ha cumplido ya ocho meses pero que parece que no llegará a los nueve. Las últimas manifestaciones de los que lo saben, desde el propio Otegui al abogado Txema Montero, apuntan a que lo que se está preparando es un anuncio del final de la tregua que inevitablemente conducirá a alguna acción terrorista de envergadura, si no en los próximos días sí cuando terminen las celebraciones navideñas.

   Especular si se tratará de un secuestro, un atentado sangriento o un susto a modo de bombazo sin víctimas forma parte del juego macabro al que se entregan estos días algunos especialistas en lucha antiterrorista. Pero, juego macabro sin duda, hablar de ello solo beneficia a los etarras que, por lo que se ve, se están cansando de esperar y esperar a que Zapatero organice la mesa política de negociación, con Batasuna incluida, que la banda pensó que el presidente iba a consentir, pero que este ha rechazado por la sencilla razón de que buena parte de la opinión pública de este país, incluidos algunos pesos pesados de su partido, no le consentirían.

Hace un año un Zapatero crecido creyó, probablemente, que podría arrastrar a buena parte de la ciudadanía a aceptar su "proceso de paz" aún a cambio de ciertas concesiones políticas. Lo ocurrido en los últimos doce meses, sin embargo, han dejado al presidente desarmado como líder para encabezar esa marcha por la paz, como a él le gusta denominar a la única cuestión que le ha robado su tiempo desde que reside en La Moncloa. Su dejadez a la hora de gobernar en los temas que preocupan a la gente corriente han acabado minando, sin embargo, la confianza que necesitaba. La mayoría de los españoles no se fían de él, revelan con precisión las últimas encuestas. Y así no puede permitirse la osadía que, aún a costa de muchas rendiciones, le permitiría mantener vivo el proceso frente a las exigencias cada vez mayores de una ETA que está jugando con él.

   El tiempo se acaba. Los terroristas avisan. Zapatero pide más tiempo. Mucha gente se impacienta. Todos arrancan hojas del calendario con la esperanza de que llegue el día 31 y lo único que suceda ese día digno de recordar sea la llegada del invierno. Ojalá.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios