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Gobierno-ETA: permanecen los contactos

domingo 17 de diciembre de 2006, 19:39h
Todos los medios de comunicación, la propia Batasuna y varios dirigentes políticos dicen que el proceso está roto, pero –según noticias que hemos recabado entre los socialistas vascos- el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y ETA han cruzado mensajes en los últimos días con la pretensión de salvar el proceso de paz de la mayor crisis desde la declaración de alto el fuego el pasado 22 de marzo. La gravedad de la situación ha aconsejado retomar una vía de comunicación que nunca se ha roto del todo a pesar de los problemas surgidos en los últimos meses.

La confusión, de cualquier forma, es absoluta. Nadie puede garantizar nada. Parece que los únicos que “lo saben todo”, para bien o para mal, son Zapatero y Ternera. Incluso ahora se especula con que  una suspensión temporal del proceso de paz es una hipótesis factible si se atienden los mensajes pesimistas de la izquierda abertzale de las últimas semanas. Desde nuestro punto de vista, sería impensable.

La izquierda abertzale está tensando al máximo la situación y el día 20 anuncia movilizaciones en todo el País Vasco, mientras confirma que se presentará a las municipales y forales del 27 de mayo. La ciudadanía vive aterrada ante una posible vuelta a las armas por parte de ETA y las declaraciones, un día sí, otro, no, pueden presagiar o una ruptura inmediata o –como nos señalan- que las conversaciones ETA-Gobierno retomarán sus pasos en Enero. Antes, sin embargo, distintas fuentes aprecian la posibilidad de un comunicado de ETA, anunciando el fin de la tregua. Hay opiniones para todos los gustos, mientras desde la derecha se “intenta romper toda posibilidad de acuerdo con los terroristas de ETA; a quienes hay que derrotar y encarcelar, sin más”. Para colmo, un desenlace falta del preso de Juan Chaos desborda cualquier posible interpretación de un desenlace inmediato. Nadie sabe lo que podría ocurrir. Según nuestras fuentes, eso podría romper momentáneamente la tregua; debido a ello, se está intentando salvar su vida a toda costa, alimentándole de manera artificial. Sin embargo y por otro lado, algunas decisiones judiciales comienzan a ofrecer señales incipientes de un cambio de escenario, lo que explicaría el mensaje del presidente sobre la necesidad del tiempo.

La petición de sobreseimiento por parte de la Fiscalía del caso Egunkaria, el auto del Supremo sobre las reuniones con Batasuna o la medida de Baltasar Garzón para que los detenidos puedan ser grabados durante su incomunicación parecen apuntar un punto de inflexión que puede tener efectos de distensión en los próximos meses. En definitiva, la gravedad de la situación ha provocado que Gobierno y ETA crucen mensajes en los últimos días. El Ejecutivo necesita sondear directamente hasta qué punto la involución es irreversible o si la crisis es coyuntural, como piensa. La clave es si es todavía posible volver a las bases que hicieron posible el alto el fuego. Existe una gran expectación con lo que pueda ocurrir en los próximos días y por saber cuál es la respuesta de la organización terrorista a las indagaciones del Ejecutivo de Zapatero, que siempre ha limitado sus exploraciones previas a cuestiones de método, exentas de una negociación política.
En las últimas horas, los políticos nacionalistas y socialistas vascos, a través de distintas declaraciones, se muestran escépticos sobre la posibilidad de una ruptura a corto plazo. Saben que la izquierda abertzale es consciente cada vez más de los riesgos que entrañaría un escenario tan categórico, de los peligros que tendría para su proyecto político quedarse en la ilegalidad ante las próximas elecciones municipales, y de la enorme frustración que se produciría en su propia base social y entre los presos de ETA, muchos de los cuales (los preventivos) ya se veían pasando en casa estas próximas fiestas navideñas. La paz es posible, pero todo lo contrario, también.
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