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El revolucionario programa electoral de IU

El revolucionario programa electoral de IU

jueves 27 de octubre de 2011, 20:49h
Ya habíamos comprobado en las propuestas electorales del PSOE algunas huellas e indicios del movimiento del 15-M, como la reforma de la hipoteca en pago por dación, o algún gesto sobre la reforma electoral. Pero donde en mayor medida es comprobable esa profunda huella dejada por el Movimiento 15-M es en el programa de Izquierda Unida, que ha comenzado a divulgar su programa para las elecciones del día 20. Como señala el diario Público, la huella del 15-M "se siente en cada esquina del programa electoral de Izquierda Unida", y sobre todo, añade, se respira en el dilatado capítulo de propuestas de regeneración democrática y de demanda de una mayor participación ciudadana en todos los ámbitos y al máximo nivel, con la consagración del referéndum obligatorio como herramienta clave para la toma de decisiones importantes.

El texto del programa de IU ya está concluido y contiene 83 páginas. Es fruto del trabajo desarrollado no sólo por la dirección de IU, sino también por las 15.000 personas que han participado en su elaboración, a lo largo del proceso de Convocatoria Social impulsado desde el verano. Cae recordar que IU siempre había promovido en sus programas anteriores -también en el de 2008- el impulso de la participación ciudadana. Pero, en esta ocasión, esa reclamación gana peso y fuerza gracias a la influencia del 15-M. El equipo de Cayo Lara defiende en su programa, de hecho, la implantación de un "Estado social participativo", que ponga a los ciudadanos "en el centro de la política". ¿Cómo se traducen en la práctica esas aspiraciones? Para empezar, propone el "establecimiento de mecanismos de autorización de actuación pública, como las consultas populares o los referendos, para asuntos de trascendencia estatal, autonómica o municipal convocados por el presidente del Gobierno, los presidentes de las comunidades autónomas o los alcaldes o un número determinado de ciudadanos". La federación de IU exige que se introduzca en la Constitución la obligación de convocar un referéndum cuando se dirima la "integración en organizaciones supranacionales" o "la adopción de decisiones económicas trascendentales". Es decir, y a modo de ejemplo, que no vuelva a producirse una reforma de la Carta Magna como la aprobada el pasado septiembre, dando la espalda a los españoles, en un simple trámite parlamentario. Según IU, los ciudadanos dispondrían de otra "llave maestra", ya anticipada en la asamblea federal: podrían revocar el mandato del presidente del Gobierno, de los jefes de los Ejecutivos autonómicos, de los alcaldes y de los diputados y senadores, un derecho que quedaría garantizado en la Constitución (si ésta así lo dispusiera).

¿Cómo se podría hacer tal cosa? Transcurrida la mitad del periodo por el que el cargo público fue elegido, un mínimo del 20% de los electores de la circunscripción podría pedir que se someta al escrutinio popular la continuidad de ese cargo en su puesto. Hay otras propuestas no menos revolucionarias, por ejemplo, la que facultaría que los políticos imputados deberían dejar de forma automática su cargo. Los ciudadanos también deben poder intervenir en la "gestión de los bienes y servicios públicos" (educación, salud, Seguridad Social, derechos laborales, presupuestos...), a través de mecanismos de "democracia representativa, directa y comunitaria", como pueden ser "audiencias públicas, asambleas de barrio, consejos autónomos municipales u observatorios populares". También se propugna reformar "totalmente" el procedimiento de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP): que no hagan falta 500.000 firmas para llevar la propuesta al Congreso, que los ciudadanos puedan presentarla ante la Cámara y discutirla en ella y que puedan abordar asuntos hoy vedados (como todos los que se regulan por ley orgánica, caso de los estatutos de autonomía, los derechos fundamentales o la Corona).  El programa de IU recoge más ideas para revitalizar la democracia y las instituciones: mejorar la financiación de los ayuntamientos, eliminar las diputaciones provinciales, reformar "radicalmente" el Senado para que sea una "Cámara de las Federaciones", impedir que los salarios de los representantes electos sean superiores al del "funcionario de rango más alto de la Administración en la que ejercen su labor", cambiar la Ley Electoral, garantizar la transparencia de las Administraciones Públicas y el derecho de acceso a la información o aprobar una Ley integral y "severa" Anticorrupción, que imponga incluso el cese de los políticos imputados y el abandono de su cargo. El derecho al voto se rebajaría: pasaría de los 18 a los 16 años.

En fin, el cambio político "sustancial" que prevé IU, y en todos los órdenes, conlleva a su vez un "proceso constituyente" que aboque a la instauración de la Tercera República, agotado, como cree, la federación el régimen nacido en la Transición.  Y además, la obligada mención al laicismo, la derogación de los acuerdos con la Santa Sede, una Ley de Libertad de Conciencia, eliminación de cualquier donación a cualquier confesión religiosa y supresión de la casilla del IRPF a la Iglesia, salida de la religión de las escuelas, barrido de toda simbología religiosa en centros públicos y en actos oficiales y rechazo a las ayudas a los colegios que excluyan o segreguen al alumnado...
Casi nada.
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