Estás más guapo callado

Me gustas cuando callas, porque estás como ausente. Eso le podía haber dicho Esperanza Aguirre a Ruíz Gallardón, pero ha sido menos literaria y más popular al afimar: “Hay veces que Alberto está más guapo callado”. Sin querer entrar en detalles sobre bellezas, yo creo que el alcalde cuando está callado parece más ofuscado, más serio y menos bonito. El rostro se le enciende, las cejas se le encrestan y el rictus se le suaviza cuando habla, sobre todo cuando habla de ciertas cosas que tienen que ver con la lista de Mariano Rajoy y las carreras de coches por el circuito de la alta velocidad de la política.

Aguirre ha negado que entre ella y Gallardón haya una relación de amor-odio, y ahí es cuando se pone en duda la palabra de la presidenta, porque visto lo visto, tras la ternura de un beso en público, se adivinan puñales afilados para la ocasión política, que suele llegar poco tiempo después. Esperanza dispara con balas de ironía, y no pierde ocasión para alegrarse de que el alcalde diga que es liberal, como ella, cuando tanto les separa en la concepción de la política e incluso de los postulados del propio Partido Popular, y pone la guinda al afirmar que ella nunca ha cambiado de ideas en 24 años de vida política, y sin decir que Gallardón sí ha cambiado, añade lo siguiente: “Yo creo que Ruíz Gallardón se ha dado cuenta de que la mejor doctrina es la liberal”.

A nadie se le oculta que las relaciones institucionales entre el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad no son extraordinarias, y no tienen porqué serlo, porque ambas tienen puntos de fricción puntuales, pero las relaciones personales entre la presidenta Aguirre y Gallardón son manifiestamente mejorables, porque esto si que es necesario que así sea. A veces se está más guapo o guapa callado o callada. ¿Han visto ambos “Las amistades peligrosas”? Pues eso.