Todo está en el aire

¿Ha hecho bien Fomento cancelando la licencia de vuelo de Air Madrid? ¿Se ha precipitado y, al final, vamos a tener que pagar entre todos los incumplimientos de esta peculiar compañía de vuelos de bajo coste? En mi opinión, la decisión ha sido acertada, pero la compañía va a litigar.

Para explicar el porqué de la intervención, desde el Ministerio que encabeza Magdalena Álvarez aducen razones de seguridad: de falta de seguridad y recuerdan que la dirección de la compañía ha sido apercibida en seis o siete ocasiones.

La compañía que empezó hace dos años con cuatro aviones, en la actualidad operaba con nueve y toda su estrategia comercial estaba orientada a captar clientes entre la numerosa colonia de inmigrantes que residen en España.

 Sudamericanos (bolivianos, argentinos y ecuatorianos) y, también rumanos. Gente que gana con mucho esfuerzo el dinero y está acostumbrada a enfrentarse a las dificultades (o a los problemas), sin protestar. Los retrasos y cancelaciones de los vuelos han estado a la orden del día, pero lo que extraña es que se haya esperado para intervenir en fechas tan señaladas cuando la venta de billetes se había disparado y más de cien mil personas se han quedado en el aire. Seguramente el Ministerio tiene razón, pero la compañía va a litigar alegando que precisamente ha sido Fomento el causante del hundimiento al anunciar la posibilidad de cancelar la licencia.

Air Madrid fue la primera compañía española de vuelos a bajo coste. Todo en esta empresa es peculiar. Incluyendo su presidente: José Luis Carrillo Benítez, un almeriense que empezó trabajando de camarero en Cataluña para recalar después en Baleares, donde acabó haciéndose rico con negocios hoteleros relacionados con el turismo. Carillo entró en el negocio sin experiencia alguna, en un sector donde la seguridad de los pasajeros no puede considerarse una variable más de la operaciones comerciales sino que es (o debería serlo) la principal exigencia.

Mucho me temo que la compañía se acabe declarando en quiebra y, al final del litigio legal que se anuncia (el abogado de la compañía ha hecho responsable al Ministerio de todos los perjuicios causados) vamos a ser los contribuyentes los 'paganos' de la aventura de estos aventureros de los negocios. Atentos, pues, a la pantalla, porque desde el punto de vista legal todo está en el aire.