Muy pocos aplauden la visita 'dominguera' del presidente Zapatero a las obras del AVE

El presidente del PP, Mariano Rajoy, acusó a Zapatero de electoralismo por visitar Barcelona un domingo, en lugar de un día laborable en el que podría haber comprobado los problemas que sufren los ciudadanos catalanes a causa de las obras del AVE. “Probablemente, debería haber ido un lunes o un martes para ver de verdad lo que está sucediendo en Barcelona”, señaló en la clausura del IV Congreso Nacional de Mujeres para la Democracia celebrado en Madrid. “Hoy es el día para decir que hay que gobernar con rigor, con sensatez, con eficacia, ocupándose de los problemas de la gente, no creando problemas, y no estar pendiente única y exclusivamente de los intereses electorales de un partido”, añadió el líder de la oposición.

El presidente de CiU, Artur Mas, instó a Zapatero a visitar las obras del AVE un día entre semana para ver de verdad "la inmensa chapuza que hay organizada" y añadió que el presidente del Gobierno debería haber acudido a Barcelona con la dimisión en la mano de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. “La única manera de asumir estas responsabilidades es exigiendo dimisiones política. Él sabe que hay una responsable directa de todo esto que es la ministra de Fomento”, declaró Mas.

El presidente del PP de Cataluña, Daniel Sirera, calificó de "vergonzoso" que la visita de Zapatero se haya llevado a cabo "por sorpresa y medio a escondidas", y ha recordó al presidente del Gobierno que las dimisiones son la única manera de asumir responsabilidades.

Desciende el apoyo de los catalanes a la política de Zapatero

El caos en las infraestructuras de Barcelona ha provocado un descenso en la confianza de los catalanes en el Gobierno que preside Zapatero.

Según un sondeo elaborado por el instituto Noxa para LA VANGUARDIA entre el lunes y el jueves de la semana pasada, el 37% de los ciudadanos considera positiva la gestión de Zapatero para Cataluña, cuando hace sólo un año el aval alcanzaba el 61%. El 33% de los catalanes califica de mala la actuación del Gobierno respecto a su comunidad (19% en 2006) y el 28% de regular (18% en 2006).

Sin embargo, la crisis del AVE no parece afectar a las expectativas electorales de los socialistas catalanes que aumentarían en 2 los 23 escaños con que cuentan ahora en el Parlamento autonómico, los mismos que perdería ERC que pasaría de 8 a 6, mientras que el resto de fuerzas políticas mantendría su representación actual.