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Off the record - 15 diciembre 2007

Off the record - 15 diciembre 2007

sábado 15 de diciembre de 2007, 12:46h
Las elecciones tienen estas cosas. Se equivocó en su pronóstico el viejo zorro, profesor y abogado de postín cuya opinión recogíamos ayer, y se cumplieron los pronósticos que este Off The Record hizo un mes atrás, en torno a la vieja y famosa broma de “los autobuses de Garrigues”, de que Antonio Hernández-Gil, hijo, se convertiría en el nuevo Decano del emblemático Colegio de Abogados de Madrid, después de dos personajes tan significativos como Antonio Pedrol y Martí Mingarro.

El porcentaje de votantes, habitualmente muy bajo, era esta vez decisivo, porque lo único en lo que todos coincidían era en que, a más votantes, crecían las posibilidades de Hernández-Gil. Ayer fue relativamente alta la participación y Hernández-Gil ganó. Los dos candidatos principales, Hernández-Gil y Cremades, tenían altura personal y acompañamiento plural y de calidad en sus candidaturas. Hernández-Gil, ideológicamente liberal, supo movilizar participación y hacerse también con los votos de los abogados de signo progresista.

El respaldo a Hernández-Gil tiene perfiles claros. Primero, porque el dentro de unos días nuevo decano de los abogados madrileños obtuvo nada menos que 3.543 votos de los 5.071 emitidos. En segundo lugar, porque obtuvo más votos que cualquiera de los miembros de su candidatura. Así que no fueron los famosos “autobuses de Garrigues”, sino el candidato.

PULSO LIBERAL CON MUCHA TAREA POR DELANTE

Profesión socialmente vital y de ejercicio complejo, tanto más en la medida que crece la potencia económica de un país, la abogacía tiene en Madrid muchos retos por delante y no es el menor el de su estructura funcional en el que todas las fórmulas al uso son necesarias: los grandes despachos, los medianos, los bufetes ligados al ejercicio libre… No es pequeña la tarea por delante. Por lo menos, a diferencia de lo que sucede en otros espacios profesionales, es seguro que habrá lealtad e incluso cooperación entre los que han ganado las elecciones y los que no lo han conseguido.

Merece la pena volver a traer al recuerdo la frase, que escuché personalmente siendo niño, con que un gran abogado liberal, elegido decano en tiempos de la dictadura, Fausto Vicente Gella, cerró, provocando un aplauso fervoroso e interminable, su discurso de toma de posesión: “Quiero que en el futuro, cuando desde el mundo de la libertad se mire al tiempo actual, haya que decir: en aquel tiempo, muchos estuvieron o no en su lugar, pero el Colegio de Abogados de Madrid sí estuvo en su sitio”.

Aquel futuro invocado entonces, es hoy presente de libertad. Y es obligado decir, para ser veraces, que el Colegio de Abogados de Madrid estuvo, está y probablemente estará siempre en su sitio. Dos excelentes candidatos tenían ambos méritos y capacidades probadas y sobradas. Ha ganado democráticamente uno de ellos, pero a ambos les toca mantener el merecido prestigio del Colegio de Madrid y de la abogacía.

LA “GRAN COALICIÓN” ¿HIPÓTESIS O ESPEJISMO?

Es una hipótesis que empieza a cobrar cuerpo en los cenáculos políticos para la eventualidad, todavía minoritaria en la opinión de los expertos pero ya aceptada como digna de consideración, de que fuera el PP el que rompiera en marzo el apretado cuerpo a cuerpo con el PSOE y se alzara con la victoria por muy corto número de escaños. ¿Acudiría entonces a las minorías nacionalistas, como en 1996, para completar una mayoría parlamentaria que permitiera legislar y gobernar? ¿O por el contrario, ante la importancia de los grandes temas pendientes, como la armonización que devuelva cohesión territorial al pluralismo autonómico del Estado, la actuación contra la crisis económica y la lucha contra ETA y el terrorismo islámico, el PP ofrecería al PSOE el modelo alemán de “gran coalición” de los dos grandes partidos transversales del Estado?

UN ÉXITO REPETIDO EN ALEMANIA

Casi nadie discute el potencial de éxito de una “gran coalición” como la que levantó Alemania desde las cenizas en la posguerra y la ha recuperado ahora de la crisis económica con sorprendente rapidez. Tampoco Angela Merkel, al igual que probablemente le suceda al discreto Mariano Rajoy, era una entusiasta de la “gran coalición”, pero con altura de miras supo hacer de la necesidad, virtud, y los resultados están a la vista.

SE GANA O SE PIERDE EN LOS INDECISOS

Nadie duda que hay, en posiciones muy importantes del PP y cercanos a Rajoy, políticos y no sólo políticos radicalmente opuestos a proponer al PSOE un acuerdo de esa naturaleza, incluso reacios a que se estudie o discuta en términos teóricos. Por el contrario, también los hay con el criterio de que la hipótesis de que fuera posible esa “gran coalición” favorece electoralmente al PP, a quien correspondería el impulso y liderazgo natural de una operación de esa naturaleza, ya que atraería a los sectores moderados, centristas e indecisos.

Al final del final, lo que contará, si el PP confirmase en marzo sus hasta hace muy poco inesperadas expectativas, será lo que piense realmente al respecto Mariano Rajoy, porque en ese momento nadie en el PP ni en los círculos de influencia sobre el PP tendrá capacidad para oponerse a la decisión. Con un escaño menos que el PSOE serían muchos los capacitados para para participar en cualquier decisión o influir en ella. Sabido es que la derrota es huérfana. Con un escaño más, la adhesión al liderazgo cobra animosa unanimidad e inexpugnable solidez.

LA CRISIS QUE YA NADIE NIEGA

El lobby de grandes inmobiliarios, el ya famoso “G-14”  que preside Fernando Martín (Martinsa-Fadesa), ha optado por reconducir la estrategia, dejar de negar las evidencias y asumir que, en el sector español de la construcción residencial, no hay ralentización, ni desaceleración, ni estancamiento, ni nada de eso, sino clara y sencillamente, crisis.

Se van a perder cientos de miles de puestos de trabajo, se va a construir menos y caen las ventas. Y no sólo eso, sino que, como este Off The Record explicó detalladamente a partir del excelente informe de Standard&Poors, España va a ser el país de la Unión Europea que sufrirá esta crisis con más intensidad. Como va a ser también el más afectado por la crisis del crédito, con sus lógicas consecuencias financieras.

Algunos aspectos laterales de la crisis inquietan a los expertos. Un relevante jurista se preguntaba ayer cómo puede entenderse que el Gobierno mire para otro lado ante el aluvión publicitario de los descontrolados “créditos basura” que contaminan crecientemente el mercado inmobiliario, y la desenfada proliferación, a la sombra del mercado de refinanciaciones y agrupaciones de créditos, de prácticas casi mafiosas, con productos de dudosa legalidad, que actúan sobre consumidores desinformados y desamparados.
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