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Sin dejar la tensión y la incertidumbre

Bolivia vive una tregua política por la navidad

Bolivia vive una tregua política por la navidad

lunes 24 de diciembre de 2007, 14:04h
El año estuvo marcado por una profunda polarización entre el gobierno y la emergencia de un espacio opositor ocupado por las dirigencias regionales. Los últimos dos meses se han caracterizado por la tensión suprema que ha llevado al país a una situación extrema y el riesgo manifiesto del enfrentamiento violento. El día de la navidad llega con una aparente tregua social y política, aunque la manifiesta inflación golpea el bolsillo de los más pobres.

Tomado de la Edición de El Diario:

“El único regalo que quiero es un abrazo de mi hijo”, afirmó Sergio Aguilar, una de las miles y miles de personas que visitan los centros comerciales y las calles del centro de la ciudad de La Paz buscando un regalo y los principales ingredientes para la tradicional picana de Navidad.

En vísperas de celebrar la fiesta más famosa y esperada del mundo, la llegada del Niño Jesús, conocida como la Navidad, la mayoría de la población, sin importar su condición social, se organiza para recibir con los suyos la Nochebuena.

Y, al momento de hacer las compras, los precios de los productos se han incrementado, lo que para los analistas económicos y los entendidos en la materia se traduce en el incremento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y por consiguiente la inflación que hasta noviembre llegaba al 11,03 por ciento, lo más probable, según estimaciones de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), llegará al 13 por ciento hasta fines de este año.

Sin embargo, esos datos que la mayoría de la población no entiende se dejan a un lado, por lo menos estos días donde tanto Gobierno, Iglesia Católica, partidos de oposición y varias organizaciones de la sociedad civil pidieron un tiempo de tregua para pasar las fiestas de fin de año pensando en la reconciliación mutua.

“Sí, los precios están por las nubes, y es lo mismo de cada año, pero igual tenemos que comprar por lo menos ropa para nuestros hijos y si nos alcanza un juguete y lo más importante lo necesario para preparar la picana de Nochebuena para compartir con la familia”, manifestó, Lucia Apaza, que recorría la calle Comercio en busca de algún juguete luego de haber comprado un panetón y galletas.

“La inflación es un impuesto a la pobreza que ha dañado con mayor indolencia a los más desprotegidos”, decía el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Roberto Mustafá, al calificar como el peor hecho del 2007 los resultados económicos con una inflación que hasta noviembre superó los dos dígitos.

Esta apreciación se la puede constatar claramente en la gente que extiende la mano para pedir unas monedas, principalmente cientos de familias enteras que llegan del Norte de Potosí.

“Pero este hecho no es aislado ni sólo de este año, campesinos provenientes de Potosí, cada año inundan las calles paceñas en estas fechas pidiendo limosna”, observa el ciudadano Luis Rocha al ser consultado sobre este tema.

Aunque en los indicadores económicos no se considera el regateo como una posibilidad de disminuir las cifras inflacionarias, la población que va en busca de algún producto, sí lo hace, y los comerciantes esperan esta actitud, dispuestos a vender su producto dos o tres bolivianos menos de lo ofertado.

Sin embargo, este comportamiento no se observa en los mercados de alimentos donde las amas de casa se abastecen de lo necesario para preparar la picana de Navidad.

Por ejemplo: el kilo de carne de res se encuentra entre 14 y 16 bolivianos, dependiendo del corte, en tanto que la de cerdo oscila entre 22 y 25 bolivianos y la de pollo es la más económica ya que las vendedoras ofrecen el producto hasta en 12 bolivianos.

Pero como para hacer la cena navideña se necesita también papa, la arroba de ésta se consigue de “las caseras” hasta en 24 bolivianos o más grandes en 30, dependiendo del tamaño y si “es nueva o de la cosecha anterior”.

En tanto, que el choclo está en “ocho por cinco” (bolivianos) y la libra de tunta la ofrecen en once bolivianos o doce, también dependiendo del tamaño. Los precios de estos alimentos fueron consultados por EL DIARIO en el mercado Rodríguez de la ciudad de La Paz, uno de los más concurridos.

En tanto que el precio de la ropa, tanto para “chicos y grandes” se incrementó de forma considerable, “pero hay para todos los bolsillos”, argumenta Juana Condori, que es una de las “mañaneras” de la avenida Tumusla que ofrece ropa confeccionada en los talleres artesanales de la ciudad y es industria boliviana.

Hecho similar pasa con los juguetes. Se puede comprar un trompo musical con luces desde cinco bolivianos, hasta una casa de muñecas en 2.000 bolivianos para las niñas, pasando por un cuadrilátero de lucha libre y sus muñecos, los que están de moda en un monto similar porque cada uno lo venden en más de cien bolivianos.

Las personas mayores, en especial los padres de familia dicen que la Navidad es una fiesta especialmente para los niños y para darles obsequios y comer la picana y una tajada de panetón con una tasa de leche con chocolate.

Sin embargo, al momento de ver un nacimiento con María, José y los tres reyes magos, un árbol navideño o deleitarse con las luces que adornan el paseo de El Prado y escuchar los tradicionales villancicos con el “Huachi torito”, todos, sin importar su condición social, viven de la misma manera la fiesta más esperada del mundo, la Navidad.

 

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