El periodismo digital en el espacio iberoamericano

La idea central que inspira la reunión que se efectúa en Burgos, España, es una aspiración que nos mueve entre la teoría y la práctica, entre la historia y las perspectivas, en esta relación de amor-odio que parece haber marcado el vínculo entre la Europa hispánica y las tierras del Nuevo Mundo, nuestra “Pachamama”, que recibió luego el nombre de América Latina, Latinoamérica e Iberoamérica, cada uno con su contenido histórico e ideológico preciso.

Se trata de la “unión de nuestras dos orillas”, las dos orillas del Atlántico, que en un momento fue y de alguna manera sigue siéndolo, como el Mediterráneo antes y el Pacífico hoy y en el futuro, un espacio geopolítico de civilización y nexos.

Ya lo dijo Neruda, con hermosos y proféticos versos, hablando de esa que fue nuestra primera experiencia de globalización, en realidad de “globalizados”.

“Y se llevaron el oro pero nos dejaron la palabra”

Es decir, hay una experiencia histórica y una base para  este “reencuentro de gentes que tenemos tanto en común”, del cual nos habla Fernando Jáuregui.

La agenda plantea también  los desafíos y las perspectivas de la sociedad de la información, el nuevo espacio que nos proporcionan las nuevas tecnologías, que abren un horizonte aún virgen e insospechado para la comunicación, el intercambio de ideas, en suma el periodismo de hoy y de mañana.

“No existe, a lo largo de la Historia, una comunidad de ideas semejantes a la que ahora es posible. Tenemos que aprovecharla”, afirmó Jáuregui. Sin duda, un desafío

Hay una idea que subyace en cada  etapa de la discusión: el del vínculo entre las dos orillas, que en estos tiempos de globalización  ya no tienen el concepto de distancia, a lo sumo de reconocimiento.

Las diferencias tienden a  superarse a través del conocimiento cultural y de la interrelación permanente, aunque no podemos obviar el tema de los intereses  económicos cuando se trata de vínculos comerciales, ni el de las identidades y perfiles étnicos, cuando hablamos  del ámbito cultural y social.

La tecnología ofrece un instrumento  que amplía el conocimiento. Este instrumento tiene un fundamental potencial democratizador, para el dominio  de sus mecanismos o la posibilidad de influir en sus contenidos.

Sin embargo, cabe reconocer también que la forma no puede eludir el tema de los contenidos y, sobre todo, del democratismo en el acceso. Siendo un instrumento de gran eficacia para la comunicación,  hay muchos que piensan en él como instrumento para dominar el “mercado” de las ideas, para ejercer una hegemonía cultural, política, conceptual.

No es casual que en muchos de los países de América Latina sean las grandes cadenas del “periodismo de papel”, o la TV, los que también imperan, por su peso organizacional y capacidad económica y profesional, en el espacio virtual.

La calidad democratizadora de la tecnología es entonces puesta en entredicho y es un gran tema para la reflexión teórica y práctica de los profesionales que buscan avanzar, con independencia, objetividad y transparencia, en este mundo digital.

------
Marcel Garcés
Periodista