Sin papeles y sin trabajo

Sí cuando la situación económica es favorable y el Gobierno presume de ello: "Estamos en la Champions League" -proclamaba  Zapatero hace unos meses-,cuando las cosas van mal ¿a quién le corresponde  hacerse cargo del recibo de la crisis? ¿A la oposición?  ¿A los obispos?

Cuando ZP decía que España era el asombro de Occidente, su imagen esmaltaba los telediarios; ahora que sabemos que la realidad es otra -132.000 parados en el mes de enero-, el héroe se esconde. Es el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, quien da la cara e intenta, el hombre, disfrazar el diagnóstico del enfermo poniendo, por cierto, en circulación un concepto ajeno a la jerga del mundo económico: el paro "concentrado".¿Cómo será el "paro disuelto"? ¿Y el "paro colmatado"?

En España tenemos alrededor de cuatro millones de inmigrantes, más de la mitad trabajando en la construcción y resulta que la construcción es el sector más afectado por el paro ¿Qué va a ser de ellos? Unos han cotizado y, por lo tanto, tienen derecho al paro y a las restantes prestaciones sociales, pero, ¿y los demás? ¿De qué van a vivir? ¿Quién amparará su situación? ¿Qué será de los "sin papeles" y sin trabajo? ¿Quién se ocupará de ellos?

¿Han escuchado ustedes a algún miembro del Gobierno o del PSOE, al mencionado Zapatero, a Rubalcaba, a Caldera o a la señora Álvarez decir algo sobre el gravísimo problema que se avecina? ¿No? Servidor, tampoco. Cunde mucho más chutar contra los obispos.